A pesar de que una niña argentina de 12 años solicitó un aborto, después de ser violada por su vecino de 60 años, no se le concedió su petición y tuvo que ser sometida a una cesárea. La menor junto con su madre pidieron que le realizaran un aborto a penas le realizaron la primera ecografía, con una gestación muy avanzada, casi 24 semanas. Sin embargo, el debate ahora volvió a abrirse debido a que se discute si la menor fue sometida a una interrupción legal del embarazado (ILE), como fue solicitado. La niña pasó varios días internada antes de que le realizaran el procedimiento quirúrgico. Cuando esto ocurrió el hospital procedió a informar que tanto la niña como la recién nacida se encontraban en buenas condiciones. "La cesárea se hizo… nació una niña viva que no necesitó reanimación y está en neonatología; ambas están bien", informó a Clarín el ministro de Salud de Jujuy, Gustavo Bouhid. Sin embargo, entre los métodos reconocidos por la Organización Mundial de la Salud no se encuentra la cesárea para realizar un aborto. El protocolo de atención del embarazado en adolescente del Gobierno de Jujuv, se constata que "cualquier embarazo en una niña menor de 13 es producto de abuso sexual y puede acceder a una interrupción legal del embarazo". Por ello, el hecho remeció en Argentina, provocando que diversas organizaciones feministas exigieran que se cumpliera la ley. “Obligar a una niña a seguir con un embarazo producto de una violación es tortura. Lo dijo el Comité de Derechos Humanos de la ONU en el caso LMR en 2011”, mencionó la periodista e integrante de 'Ni una Menos', Mariana Carbajal. Fueron las organizaciones pro vida las que trataron de frenar el aborto de la niña, exigiendo que la sometieran a una cesárea, cosa que finalmente ocurrió.
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