Trágica carta de joven revela cómo lo intentaron curar de la homosexualidad ¡Una tortura!

Martes, 30 de enero de 2018 a las 02:48
Fue prácticamente una tortura física y psicológica. Sam Brinton, actual director de defensa y asuntos gubernamentales de The Trevor Project, iniciativa que previene el suicidio a jóvenes LGBTQ reveló en una cruda carta en The New York Times cómo lo intentaron curar de la homosexualidad. Según contó el joven, sus padres eran “misioneros bautistas sureños”, quienes creyeron en la terapia de conversión para curar su sexualidad. “Me senté en un diván durante dos años y aguanté sesiones emocionalmente dolorosas con un orientador. Me dijeron que mi congregación rechazaba mi sexualidad, que yo era la abominación de la que habíamos escuchado hablar en la escuela dominical, que yo era la única persona homosexual en el mundo, que era inevitable que contrajera VIH y tuviera sida“, revela Brinton. Sin embargo, el asunto no terminó ahí: “el terapeuta dio instrucciones para que me amarraran a una mesa y me pusieran hielo, calor y electricidad en el cuerpo. Me obligaron a ver en un televisor videos de hombres homosexuales que se tomaban de las manos, se abrazaban y tenían sexo. Se suponía que asociaría esas imágenes con el dolor que estaba sintiendo para hacerme heterosexual de una vez por todas. Al final no funcionó, pero yo decía que sí solo para dejar de sentir dolor”, cuenta. “Muchos creen que la terapia de conversión —esa charlatanería de que a la fuerza puedes cambiar la orientación sexual o la identidad de género de alguien— es un artefacto del pasado, una práctica medieval de tortura. Pero de hecho aún es legal en 41 estados de Estados Unidos, incluyendo algunos supuestamente progresistas como Nueva York y Massachusetts. La ciudad de Nueva York prohibió la práctica por completo apenas el mes pasado”, explica Brinton. En esa linea, revela que casi 700.000 adultos en Estados Unidos han recibido terapia de conversión en algún momento, incluyendo a cerca de 350.000 que recibieron el tratamiento de adolescentes, de acuerdo con un estudio efectuado por el Williams Institute, un grupo de expertos en orientación sexual y leyes y políticas públicas de identidad de género en UCLA. “El trauma de la terapia de conversión puede provocar depresión, ideas suicidas, el rechazo de la familia y toda una serie de horrores que los niños deben enfrentar sin saber que los profesionales de la salud mental deben ayudar en vez de causar daño“, agrega.
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