Por Guillermo Figueroa. Ingeniero Comercial y director de Chiledeudas Está claro. Cada inversión en criptomonedas, al igual que sucede con las acciones de empresas listadas en la Bolsa, es incierta y conlleva alto riesgo para quien la realiza. Este tipo de operaciones, al contrario de lo que se cree, no son para todo el mundo, sino para quienes tengan conocimiento en compras y ventas financieras que impliquen elevados niveles de especulación. No son adecuadas para gente novata ni para las que entren al sistema con dudas. Por tanto, el que a una determinada persona le vaya bien o mal con esta clase de inversión, no significa que sea una operación recomendable universalmente. Existen más de 3.000 criptomonedas para todos los riesgos y es seguro que aparecerán más, tanto chilenas como extranjeras. Y aunque es decisión de cada uno tomar este camino, hay múltiples peligros que deben considerarse, muy similares a los de las ampliamente conocidas estafas piramidales. Mencionaré los tres que son, a mi juicio, los más importantes.
-Falta de seguridad y ausencia de regulación: Hasta el momento, el lugar donde comprar y vender las criptomonedas son los llamados Exchange, que hacen la función de "banco" de Bitcoin, pues realizan la custodia de las carteras para facilitar el uso. La verdad es que la seguridad de estos “bancos” no es tan alta como la de uno real frente a los hackers y, además, sus funciones no están reguladas por la autoridad. Por tanto, no hay garantías de que vayan a dar la liquidez que el cliente necesita.
-Límites complicados: El problema es que muchos Exchange ponen un límite diario en la cantidad de Bitcoin que se pueden vender. En ese sentido, para aquellos que tengan inversiones grandes en ese lugar, será complicado escapar de un desplome del mercado, teniendo entonces el peligro de perder todo lo desembolsado en estos casos. Estos complicados límites de los Exchange son por razones de seguridad. Con el fin de evitar robos, blanqueo de dinero, evasión fiscal, o incluso para bloquear la retirada masiva de clientes ante pánico económico. Con todo, dejan entre la espada y la pared al inversor, si es que, por ejemplo, se desata una crisis financiera mayor.
-Transferencias irreversibles: El inconveniente con las criptomonedas es que las transferencias son irreversibles. Una vez se hacen, no se puede volver atrás. Con el sistema financiero normal esto no es así, y si alguien sufre un robo porque han detectado las claves del acceso web del banco, es factible deshacer la operación si transcurrió poco tiempo y aparte hay seguros contra fraudes. En cambio, con las criptomonedas es la Ley de la Selva: se está en una completa indefensión como cliente de este mercado y si se pierde todo el dinero invertido por factores que en otros sistemas podrían reclamarse, en Bitcoin nada que hacer para el que entró en el negocio.