Hay un código penal que lo sanciona. Una anciana de 89 años, de nombre Úrsula Haverbeck, fue enviada a la cárcel por negar el Holocausto y asegurar que Auschwitz no fue un centro de exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué fue para ella? Solo fue un campo de trabajo. “
El Holocausto es la mayor mentira de la historia”, sostenía la mujer octogenaria a través de cartas que enviaba al alcalde y a periódicos locales. Ante eso, la justicia la condenó a dos años de cárcel por incitación al odio. El artículo 130 del código penal alemán establece que “
quien públicamente o en una reunión niegue, apruebe o minimice un acto cometido durante el régimen nacionalsocialista (…) será castigado con una pena privativa de libertad de hasta cinco años”. La mujer estuvo casada con Werner Georg, cabecilla del partido nazi, que a principios de los años sesenta fundó un centro educativo ecologista que en 2008 fue cerrado por la justicia alemana por su “
reiterada negación del Holocausto”.
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