Indignación, superó todo límite. El ex acólito
Javier Molina fue entrevistado en El Informante de TVN para hablar del abuso sexual recibido por el sacerdote Jorge Laplagne
, quien prestaba servicios en el Instituto Alonso de Ercilla de los Hermanos Maristas. Lo curioso y macabro a la vez, es que cuando pidió ayuda, lo atendió el canciller del Arzobispado, Hans Kast, quien le anunció una investigación del caso y que
debía prestar su declaración al sacerdote Raúl Hasbún. Según recuerda el ex acólito, el cura "
empezó a hacerme preguntas como desde dónde conocía a Laplagne hasta preguntas macabras". "
Siendo bien literal, cuando ya las lágrimas me llegaban a la pera y estás desecho absolutamente, estoy narrando el abuso y me pregunta '¿tú sentías placer mientras te introducía los dedos en el ano?'", relató. En la entrevista, Molina indicó que
"Hasbún me dijo que los delitos estaban prescritos" y que tras la denuncia, "
a Laplagne lo movieron a una parroquia al lado de mi casa. Eso es una burla". Su crudo testimonio conmovió a la audiencia. "
Te choca, te quiebra. Algo sucede dentro de ti cuando una persona que te triplica en edad te empieza a manosear. ¿Cuál era la respuesta de él? 'Tú no confías en mí'. Yo me ponía rígido y mi cara se desconfiguraba", añadió. Molina cuenta que cuando tenía 15 años lo llevó a un departamento. "
Me quedo dormido y despierto cuando él está encima besándome, restregándose encima mío y termina con una introducción de dedos en el ano".
"Después de todo esto tomó desayuno y celebró misa. E
n qué cabeza cabe que después de que acabas de abusar de una persona que tiene 15 años, este animal, si es que se le puede llamar así, celebre misa y durante todo el sermón habla de los pecados que puede llegar a cometer una persona por tentación", cuestionó. Pero no solo eso, sino que el sacerdote extorsionó a su madre, quien trabajaba como secretaria en la parroquia, y aseguró que los abusos ocurrieron hasta que cumplió los 18 años.
"Me culpaba a mí de su perversión", destacó.
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