Desde que su padre es Presidente, su empresa salió de la quiebra.
No se detiene. Nuevamente el hijo del Presidente Sebastián Piñera, Cristóbal, está en las portadas de los medios independientes al desclasificarse una sospechosa movida política que benefició su empresa, Hopin Spa.
Incluso, desde la Democracia Cristiana calificaron como “sospechosa por un eventual tráfico de influencias”. Por lo mismo, los diputados de la Comisión de Ética y Transparencia de la Cámara llamaron a la Contraloría a pronunciarse sobre la legalidad de estos contratos.
Todo esto porque su empresa se adjudicó una licitación pública por el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), llamada “Desarrollo y puesta en marcha de aplicación móvil ‘Chile Destino Turístico 2019′”.
Según El Mostrador, la misma empresa de innovación, aseguró que se lo ganaron por su experiencia en proyectos similares, aún cuando la oferta de la compañía no era la más barata.
En el primer año de Piñera, Hopin Chile Spa ganó una serie de contratos con organismos públicos como la Dirección del Trabajo, el Servicio Electoral, el Servicio Nacional del Consumidor, el Servicio de Impuestos Internos y el Parque Metropolitano de Santiago. Todos estos concursos significaron que la compañía se adjudicó contratos por más de 250 millones de pesos.