Pía Ramírez, gerenta general de Plus Hunting.
Mientras la tecnología se abre paso agigantado en el mundo, donde las redes sociales multiplican la participación de las personas y la inteligencia artificial permite obtener conclusiones a partir de los cúmulos de información que maneja, otra revolución se viene gestando cada vez menos silenciosamente: la batalla de las mujeres por emparejar la cancha de las oportunidades en la vida profesional.
Vale la pena preguntarse si estos dos fenómenos tienen alguna relación entre sí. Y la respuesta es que sí, están íntimamente relacionados. El avance de la tecnología pone al alcance de todas nosotras posibilidades nunca antes vistas, donde la comunicación en tiempo real aumenta y la percepción de los derechos crece. La accesibilidad y la libertad que ofrecen las redes sociales ha permitido en mujeres, aumentar con mucha mayor rapidez la conciencia por sus derechos y cubrir sus necesidades.
Algo similar ocurre al interior de las empresas. Todo aquello que compone el clima laboral ya no se conoce solamente por los resultados de las encuestas de final de año. Han surgido múltiples plataformas y maneras de obtener información sobre lo que ocurre, lo bueno y no tan bueno al interior de las compañías. Un jefe con malas prácticas, temas ligados al compliance, demostraciones de poder sin sentido y demandas por mejores condiciones laborales, son todas cuestiones que hoy se conocen y universalizan más que ayer debido al uso de las tecnologías disponibles.
Una pregunta importante a realizarse es cómo manejamos esta información y qué hacemos con ella. Y aquí surge una nueva oportunidad para las mujeres en la dirección de las empresas. Se requiere talento e intuición para integrar esta nueva realidad: ideas respecto a qué hacer con toda esta data nueva, la que si se es bien manejada contribuye a mejorar y desarrollar una nueva cultura al interior de la empresa, pero mal utilizada o ignorada se trasforma en un distractor de los objetivos de las compañías. Y sin duda, en esta tarea las mujeres corremos con mayor ventaja porque somos intensas consumidoras de tecnología, junto a nuestro talento para percibir futuras necesidades y así poder desarrollar nuevos productos y servicios.
Si coincidiéramos en estas características, ¿por qué las mujeres mantienen una importante brecha con respecto a los hombres en lo tecnológico, tanto en la participación en dicha industria como en el impulso de emprendimientos? Curioso resulta el hecho de que iniciativas emblemáticas difundidas masivamente han sido desarrolladas por hombres a pesar de estar dirigidas precisamente a las necesidades femeninas, donde nuevamente surge la evidencia de la brecha entre hombres y mujeres.
Es necesario analizar por qué el mundo del emprendimiento es tanto más masculino que femenino y con esa información impulsar los cambios para no perder grandes oportunidades de incorporar este talento. Tenemos cualidades diferenciadoras que nos hacen más sensibles a los consumidores, y además, no olvidar que la mayor participación en las decisiones de compra corren por cuenta de las mujeres. Es así como un buen avance es tener esto claro e incorporar a las mujeres en la gestión corporativa de las compañías de tal forma que puedan permear hacia la alta gerencia y directorios de la organización la urgente necesidad de propiciar estos cambios.