¿Qué hacer en Iquique? Lugares imperdibles que te enamorarán ¡Vacaciones ideales!

Lunes, 16 de septiembre de 2019 a las 01:12

Por Alejandro Viovy

Iquique y sus alrededores son capaz de enamorar a cualquiera. Ideal para aquellos que deseen realizar un break de la ciudad por un fin de semana largo, para esos mochileros que hacen la ruta a San Pedro de Atacama, Machupichu y Uyuni, o para esas familias que quieren disfrutar del verano desconectados de la rutina.

Mi viaje duró tan solo tres días, fueron bien intensos, y faltaron varios lugares que conocer. Lo hice en compañía de mi abuelita de 83 años, por lo que todo que se describirá a continuación lo puede hacer una mujer de la tercera edad, sin ningún problema.

Lo primero que hice fue preocuparme de tener una buena ubicación, para no perder tiempo en desplazamientos y para aprovechar el tiempo al máximo. Lo primordial es buscar un alojamiento cerca de la playa y de la calle Baquedano, que es la avenida principal de la ciudad, la cual está muy bien cuidada y tiene hartos locales para ir durante la noche para compartir en familia o con los amigos. Me costó 12 dólares la noche el alojamiento, en sin duda, el mejor barrio de Iquique.

Primer día:

Llegamos al Aeropuerto de Iquique a las 14 horas, en pleno desierto, y para llegar a la ciudad solo es posible con un transfer que sale 5 mil por persona. En total son 40 kilómetros de distancia, y el transfer te deja en el mismo lugar de hospedaje, pero como uno va con más personas, se demora un tanto dependiendo de la ubicación. Es la opción más económica, el Uber y el taxi salen 15 mil.

La sensación térmica durante todo el año es templado, por lo que el vestuario debe ser ligero, pero con una parka y polerón para la noche está bien.

Al llegar, fuimos a almorzar a calle Baquedano, a dos cuadras del hospedaje. Fue muy agradable, un violinista que tocaba en la calle hizo que el relajo después del almuerzo fuera muy armonioso.

Ya cuando oscurecía, fuimos a la Zofri, a ver qué tan interesante era. Tomamos un colectivo (cuesta $700 pesos chilenos), y llegamos en 5 minutos. Dimos unas vueltas, y la verdad, los precios son los mismos que en Santiago y en cualquier parte del mundo. Quizás, lo único interesante, es encontrar artículos de marca en una misma tienda. Pero la verdad, si no eres de comprar artículos de mall en tus viajes, es un destino que se puede obviar. Nosotros, preferimos algo local: La tienda artesanal

Ese día nos acostamos a las 22 horas, porque al día siguiente había que levantarse temprano.

Segundo día:

Acordamos un excelente tour con la Agencia de Viajes, Denomades, un servicio perfecto en todo sentido: Buen guía (originario de la zona, con mucho conocimiento de historia), muy económico, y puntual.

En cada uno de los lugares que visitamos, si bien fueron muchos, nos daban bastante tiempo para recorrer de forma libre. A continuación detallamos cada una de la experiencia:

Salitrera Santa Laura: Desde Denomades nos dijeron que iban a llegar a las 9 a buscarnos, y llegaron a las 08:58: Puntualidad. De inmediato el guía turístico nos contó la historia de Iquique, del boom del salitre, y de cómo ha ido cambiando la ciudad en los últimos años.

El primer lugar en conocer fue Santa Laura, el cual queda a una hora de Iquique. En este asentamiento minero, están las máquinas de producción, un lugar que te sorprende y te te eriza los pelos de la piel. Es el quinto lugar en el mundo con mayor presencia paranormal.

Aquí estuvimos 20 minutos con el guía, y 40 minutos para visitar de forma libre.

Salitrera Humberstone: Es el lugar histórico que más me gusto del viaje. Es verdaderamente sorprendente, y muy emocionante. Uno se inserta en la vida de aquella época, y caminar por esas calles de ese pueblo se siente de forma muy especial. Es un pueblo con todo lo necesario para vivir; hospital, colegio, teatro, iglesia, etc. Explican sobre la matanza de Santa María de Iquique, un hecho repudiable y que debe permanecer en la memoria para que nunca más ocurra. Humberstone y Santa Laura, son Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO.

Los  Geoglifos de Pintados:

Llegamos a los geoglifos, a 40 minutos de las salitreras, los cuales son figuras geométricas, antropomorfas o geomorfas, dibujadas en las laderas de cerros por las culturas precolombinas entre 900 y 1300 años atrás. En Iquique, se encuentra la mayor concentración de estos en el mundo, el Salar Seco de Pintados. Impresionante las figuras.

Luego el viaje continúa hacia el oasis de Pica, el cual está en pleno desierto. Ahí visitamos la Iglesia de San Andrés y la Cocha Resbaladero, una piscina natural de roca con aguas provenientes de fuentes subterráneas. La entrada cuesta 3 mil pesos chilenos, y el paisaje es sobrecogedor. El agua es semitermal.

Luego seguimos el recorrido por la Pampa del Tamarugal para llegar al Santuario de La Tirana, lugar donde se realiza la fiesta religiosa más importante del norte de Chile, en donde visitamos la iglesia.

Tras esto, emprendimos viaje de retorno. A las 20 horas, ya estábamos en el hostal. Un viaje imperdible, e inolvidable.

Tercer día:

Cansados por la travesía del día anterior, decidimos descansar y tener un día de relajo. Fuimos a visitar a La Esmeralda en la mañana, a la cual llegamos caminando en cinco minutos. Es una réplica exacta del barco, con un tour personalizado. Cuesta 2.000 pesos chilenos la entrada, y luego hicimos un viaje en lancha hacia la boya de La Esmeralda, el cual dura alrededor de 1 hora.

Comimos en en varios lugares, pero sin duda el mejor fue en La Cucarda Morrina, totalmente recomendable siendo un destino imperdible en la ciudad.

Además del delicioso sabor de la comida y el buen precio, el ambiente es muy cálido y acogedor, con colores que enciende y amenizan el lugar, además de música que hace aún más disfrutar el momento.

Un restaurante que apela al recuerdo, a encontrar esos sabores de la niñez y que nos permite conectarnos con aquellos familiares con los cuales alguna vez disfrutamos una comida. A sentirnos tan cerca, pese a la distancia a la que podemos estar, de nuestros seres queridos que ya no están y que alguna vez nos sirvieron un plato de comida. Algo mágico, sin duda, y que me sobrecogió al darme cuenta y vivirlo.

Luego fuimos a la Playa Cavancha, en donde descansamos. El agua es bastante más temperada que el litoral central, por lo que es muy agradable bañarse. Para quienes gustan de las olas, y la seguridad, es la playa ideal.

Al otro día partimos temprano a Santiago, en un viaje que quedará para siempre en nuestros corazones. Una experiencia inolvidable, de una tierra que sabe de historias, mitos y alegrías, pero por sobre de todo...de un buen trato al viajero.

Datos para ayudar a los viajeros:

Denomades.com:
Reserva en:[email protected]
Número: +56 2 2955 1857
WhatsApp:+56 9 4918 4204

La Cucarda Morrina:
Dirección: Freddy Taberna N°117 - Barrio Comercial El Morro Iquique Número: (57) 242 1143 // Correo: [email protected]

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