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En septiembre del año pasado, antes del comienzo del estallido social en Chile, el presidente Sebastián Piñera fue entrevistado en Mega Noticias donde declaró ser uno de los mandatarios con mayor respaldo en el continente y el mundo.
"En tiempos difíciles, sin duda que la evaluación de los gobiernos se ve afectada, pero le cuento una cosa, si usted compara con otros países de América Latina, probablemente, el presidente de Chile es uno de los que tiene mayores apoyos en América Latina y el mundo”, expresó Piñera en aquella oportunidad, sin imaginar lo que sucedería un mes después.
Hoy en día, las y los ciudadanos exigen su renuncia inmediata en cada manifestación, su aprobación está cada vez más baja en niveles históricos, y en el plano internacional está en la mira por las violaciones a los derechos humanos en nuestro país. Todo esto, sumado a los constantes fraudes económicos del mandatario y su familia que han arrastrado durante años.
"Un Gobierno que no escucha las demandas mayoritarias del pueblo chileno, que desoye las recomendaciones de Naciones Unidas, que defiende el statu quo a través de iniciativas legales que profundizan el modelo en crisis y cuyo único sostén de apoyo es la fuerza de la represión, violando los derechos humanos más elementales, como el derecho a la vida, la integridad física y la libertad personal, convierte al Presidente elegido democráticamente en ilegítimo, carente de autoridad, por incumplir su principal deber de mandatario, cual es acatar y defender los legítimos intereses de su mandante, el pueblo chileno", señaló un comunicado de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, que es uno de los tantos organismos que han evaluado la gestión de Piñera.
