Fabiola Campillai rompe el silencio: “Tengo rabia por la gente mutilada y fallecida que no tendrán Justicia”

Lunes, 27 de enero de 2020 a las 20:30

Fabiola Campillai fue la segunda persona que quedó totalmente ciega producto de la represión de Carabineros en este despertar del Pueblo.

El medio Ciper Chile logró entrevistar a Fabiola Campillai a dos meses de haber quedado totalmente ciega tras recibir de lleno en la cara el impacto de una bomba lacrimógena lanzada por Carabineros a muy corta distancia.

La mujer, de 36 años y madre de tres hijos, fue la segunda víctima que queda completamente mutilada en sus ojos, sumándose a Gustavo Gatica, que había sufrido lo mismo hace pocos días antes de esa fatídica noche del 26 de noviembre en San Bernardo.

De ese día, no me acuerdo de mucho. Mi hermana estaba ahí. Le dije que me dolía la cara. Luego de eso me desmayé y desperté un día martes acá en el hospital cuando había pasado una semana, porque este accidente fue el martes en la noche y yo desperté un día martes aquí, en el hospital. De un principio no era tan pesado, pero pasa el tiempo y ahora sí es pesado. Ahora, si uno piensa en lo que va a pasar, que de repente puede ser una carga para los demás, porque me levanto de este sillón y me cuesta hasta caminar”, comenzó relatando.

Todo sucedió en la Población Cinco Pinos, cuando salió junto a su hermana a tomar un bus de acercamiento a la planta de Carozzi, donde es operaria y también miembro del cuerpo de Bomberos internos. Carabineros le disparó sin mediar provocación y en una zona donde no se estaban produciendo incidentes.

En eso giramos y yo lo único que sentí fue ‘paf’. No pensé que le había llegado a ella porque como salía humo… Pero cuando la veo que cae casi tiesa… y sangraba… cayó para atrás, sangrando de todos lados. Yo le tomé la carita y el ojo estaba afuera, lo tenía colgando, afuerita. Yo dije ‘ese ojo lo perdió’, altiro”, contó Ana María, hermana de Fabiola Campillai, que estaba a su lado en la entrevista.

Fabiola tiene claro que lo sucedido es para siempre. “No quiero ser una carga”, cuenta antes de ponerse a llorar. “No me puedo mover, me tienen que lavar, hacerme un montón de cosas. Ahí uno toma el peso, porque aquí se tiene mucho tiempo para pensar, en cómo va a ser mi vida cuando salga de acá. Eso”, añadió.

Finalmente tuvo una reflexión desgarradora. “Para mí no hay justicia, porque no me van a devolver nada. Te quitan algo de lo más importante que uno tiene, porque si hubiera sido una pierna o un brazo, yo no sé… Pero tus ojos, no puede haber nada que te los devuelva. Y trato de ser fuerte, de sacar esa fuerza. Sí, todavía me queda un poco de llanto, de pena, pero de a poquito va saliendo. También, no sé, tengo como una rabia, porque uno piensa que la gente, no solo la mutilada, sino también la fallecida, no va a tener justicia”, cerró Fabiola Campillai.

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