Jonathan Reyes Somerville, de 34 años de edad, salió de su casa un poco antes de las 10 de la noche con su perro, ya que luego no se podría salir por el toque de queda. Sebastián Piñera había decretado tan solo un día antes la decisión, el domingo 22 de marzo, debido a la emergencia sanitaria relacionada con el Covid-19.
Cuando salió de su casa se encontró brevemente con su prima, Daniela Belmar, la que vive en el mismo pasaje ubicado en Santos Dumont 910, comuna de Independencia. Son vecinos desde hace años. Belmar fumaba un cigarrillo, se saludaron, intercambiaron algunas palabras y Reyes salió por la reja, pero luego ocurrió lo que nadie esperaba. Un disparo en el pecho que acabó con su vida.
"Varias veces salió a perseguir a tipos que habían intentado robar. Salía con su perro y los correteaba, porque son unos tipos que se aprovechan de ese sector pelado que está detrás de nuestras casas. Incluso hace como un mes pusimos unas tablas para dividir las casas con ese peladero. Para que no se pasen. Todo el tiempo es lo mismo", dice Lorena Somerville, tía del Negro.
"¡No te quiero ver nunca más por acá!”, le gritó Jonathan a un sujeto que encontró en el sector de avenida La Paz, a unos metros al sur de calle Santos Dumont, en unas construcciones abandonadas que se encuentran en esa esquina. "Ahí llegaron patrullas de varios lugares. De una que venía por avenida La Paz se bajaron cuatro carabineros", señaló.
"El tipo con el que mi primo estaba discutiendo salió corriendo, pero Jonathan no. Entonces arrinconaron rápidamente a mi primo y lo apuntaron con las armas diciéndole que botara el cuchillo. Todo fue super rápido. Mi primo los increpó, les dijo que él solo se estaba defendiendo porque siempre roban acá y los carabineros nunca hacen nada", destacó Daniela.
"¡No disparen!", fue lo que gritó Daniela, a lo que respondieron: "¡Bota el cuchillo Negro!". Jonathan retrocedió un poco y recibió el certero disparo en el pecho que le quitó la vida. "Los carabineros nos trataron pésimo. Nos echaron de ahí como si fuéramos delincuentes. Dijeron que nos teníamos que entrar al pasaje porque era toque de queda, y que si no nos llevarían a todos presos", acotó su tía.
"Yo se que es toque de queda, pero en una situación así cómo se iba a quedar solo. Cuando pudimos ir a ver el cuerpo de mi sobrino a las 5 de la mañana, la gente de la PDI nos decía que por qué nosotros no estuvimos ahí. Nosotros les dijimos que los carabineros nos habían echado”, sumó Somerville.
"Cuando hablaba con los de la PDI, ellos me decían que los carabineros tenían que haber disparado al aire primero, o a una pierna de él, pero no directo al corazón. Nosotros nos quedamos en la reja del pasaje muchas horas tratando de ver qué pasaba con mi primo. Recién a las 5 am, cuando terminó el toque de queda, nos pudimos acercar a él. El guanaco y el zorrillo estaban impidiendo el paso de los autos. Seguía en la misma posición tirado en la calle. Nosotros tuvimos que acudir con una frazada para cubrir el cuerpo", concluyó Lorena.