Raúl Saldívar, diputado socialista por el Distrito Nº5 de la Región de Coquimbo.
La situación que se vive en la Araucanía está alcanzando un punto de quiebre y en el Gobierno de Sebastián Piñera, parecen no notarlo.
Si bien la crisis actual responde a un conflicto histórico, los recientes hechos de racismo y violencia ocurridos en el contexto de la ocupación de los Municipios de Collipulli, Ercilla, Traiguén y Curacautín, han teñido el conflicto con tintes siniestros.
A este tenso escenario, se suman las palabras de despedida del Machi Celestino Córdova, quien está a punto de comenzar una huelga de hambre seca, que podría llevarlo a un desenlace fatal.
Es urgente que desde el Gobierno se tomen las medidas necesarias para establecer un diálogo fluido con las comunidades mapuche, pero no arrojando más leña al fuego, pretendiendo contener una problemática sociocultural con represión militar y brutalidad policíaca.
Este tipo de respuesta, solo servirá para fomentar la odiosidad que se ha generado en la ciudadanía, la que ha llegado al extremo de gritar consignas en contra de la misma cultura mapuche, lo que claramente raya en el odio racial y podría alcanzar implicaciones similares a las ocurridas en EE.UU.
Por eso, es vital que el Estado de Chile procure que el conflicto cese, sin menoscabar la cultura del pueblo mapuche, sino que más bien reconociendo y respetando la cosmovisión de este pueblo originario, que además es parte fundamental de la identidad de nuestro país.
Si es que realmente lo que el Gobierno quiere es llegar a un acuerdo con la nación mapuche, de manera de que se sientan parte del Estado chileno, su voluntad política ha de ser clara y sin lugar a malinterpretaciones, que puedan incitar al odio.
Por eso, es imperativo que tanto el Ministro del interior, como el Presidente de la República, interioricen que los tiempos no están como para imponer su punto de vista por medio de la represión, menos ahora que estamos ad portas de un proceso constituyente, que nos abrirá la puerta a pensar en un nuevo paradigma para la relación que debe existir entre la ciudadanía y la defensa nacional destinada a proteger su bienestar.-
