Luego de que Nano Calderón atacara a su padre con un cuchillo el pasado martes 11 de agosto, se dio a la fuga y no se supo de él en casi una semana.
Y tras días de búsqueda, se dio a conocer que el acusado de parricidio frustrado estaba internado en la clínica psiquiátrica El Cedro, de la comuna de La Reina.
El caso se tomó el interés de los medios de comunicación, por lo que Raquel Argandoña rompió el silencio en su propio matinal, ‘Bienvenidos’ de Canal 13.
En esa entrevista, cuando Amaro Gómez-Pablos le preguntó “¿Cómo termina Nano en una clínica?”, la opinóloga aseguró que fue “por el hecho de que lo demandó el padre. No sé cómo llega a la clínica”.
Sin embargo, en la audiencia de la Corte de Apelaciones que evaluaba la medida cautelar para el joven de 23 años, su abogado, Mario Vargas, contradijo la versión de Argandoña en televisión.
Esto, porque la fiscal judicial Javiera González interrogó con todo al abogado defensor: “El lugar donde está su representado ¿es un lugar privado o está dentro de las instituciones establecidas al efecto para personas que pueden tener problemas que usted plantea? Primero”.
“Segundo: ¿de dónde surgió ese lugar? ¿quién lo sugirió y por qué razón? ¿qué sustento tiene que sea ese y no otro? Por favor, podría darme la información”, agregó.
Por lo que el histriónico abogado de Calderón Argandoña respondió: “Es un lugar privado, que fue buscado... Nosotros le hicimos un examen psiquiátrico a nuestro paciente, y los psiquiatras que estaban atendiéndolo nos dieron una gama de alternativas y fuimos nosotros, junto a la familia, que buscó (sic) el recinto privado donde mi representado actualmente está cumpliendo esta prisión preventiva, que además es temporal, porque era por una semana, bajo condiciones…”.
Ante esto, la fiscal lo interrumpió para preguntarle “¿Quién paga ese recinto privado?”, a lo que el abogado contestó “La familia”.
