En estas horas, un proyecto volvió a la comisión del senado y dejó muchas polémicas al respecto, las que se viralizaron en redes. El mismo dicta penas de 541 días de cárcel y una multa de 40 UTM a quienes tiren piedras a vehículos de cualquier índole. La aprobación tuvo la abstención de diputados DC, PS, PPD y del Partido Liberal. Siendo así, fue justamente el diputado Félix González quien denunció que esto se puede usar para detener a manifestantes y tenerlos prisión preventiva sin pruebas.
Fue el oficialismo, junto a la abstención de los diputados Alejandro Bernales (Partido Libertad), Miguel Ángel Calisto (DC), Raúl Leiva (PS), José Miguel Ortíz (DC), Andrea Parra (PPD), Jorge Sabag (DC), Leonardo Soto (PS) y Jaime Tohá (PS), quien aprobó otro proyecto que busca criminalizar la protesta social.
De esta manera, el boletín N° 12.467-15, presentado por los senadores Sabas Chahuán (RN) y Juan Pablo Letelier (PS), busca sancionar “los daños en los medios de transporte público de pasajeros y en la infraestructura asociada a dicha actividad“. Cabe destacar que este sanciona a quien atente contra un vehículo, apedreándolo o arrojándole otros objetos contundentes o inflamables o por cualquier otro medio semejante, con pena de presidio menor en su grado mínimo , esto es, desde 61 días a 540 días.
“Quienes sin la correspondiente autorización por medio de marcadores, tinta, pintura, materia orgánica o similar de cualquier tipo, procedieran a la pintura de mensajes, firmas, rayados, dibujos, u otras figuras o expresiones, escritos, inscripciones o grafismo, sobre cualquier elemento del transporte público", indica el proyecto.
Sumado a lo anterior, también dice: "Ya sean paraderos, refugios o buses, serán castigados con pena de presidio menor en su grado mínimo y multa diez unidades tributarias mensuales”. De esta manera, el proyecto vuelve a la comisión de transportes del senado para volver a ser discutido. Luego de la aprobación, el diputado ecologista Félix González comentó que este proyecto de ley se puede utilizar para detener a personas de manera aleatoria.