Luego que el Templo San Agustín confirmó que, por segundo año consecutivo, y por quinta vez en toda la historia desde el siglo XVII, la figura del Cristo de Mayo no iba a ser sacado en su clásica procesión por las calles, los feligreses llegaron para la misa que se realizaría, con temor a que se cumpla la profecía de la leyenda.
Como muchos saben, la leyenda del Cristo de Mayo reseña que, si la estatua no es sacada de la iglesia y paseada por el Centro de Santiago, en los próximos meses se vendría un terremoto de gran magnitud, tal como ha pasado en las cuatro veces anteriores.
Esto, porque el mito data desde el 13 de mayo de 1647, cuando la figura regalada por La Quintrala, fue lo único que no destruyó el mega terremoto de esa época, que según los historiadores, habría sido de más de 9.0 grados Richter.
Lo único que se cayó fue la corona de espina. Y cada vez que se intentó poner en su cabeza, volvió a temblar. Desde ahí, la tradición dicta que cada 13 de mayo debe ser sacado a una procesión callejera.
Y en cuatro ocasiones esto no sucedió por diversas razones, ocurriendo un sismo de gran magnitud en los meses siguientes: Sucedió en 1959 (Valdivia 1960), 1984 (San Antonio 1985) y 2009 (Cobquecura 2010). El año pasado, por pandemia, tampoco se hizo, habiendo un fuerte sismo sobre 6.0 Richter a los pocos días, reavivando la leyenda.
La historia volvió a surgir este jueves, cuando se decidió que, pese a que la comuna de Santiago salió de cuarentena, el Cristo de Mayo no saldría a la calle.
Sólo se recordará con pequeñas misas con aforo reducido de 10 personas, provocando una larga fila de creyentes esperando entrar para pedirle que no azote a Chile con un terremoto.