Unidad Constituyente o tapar con el codo la militancia

Viernes, 14 de mayo de 2021 a las 20:42

Sebastián Bastías A.

Licenciado en Historia. Magister Cs Políticas. Doctor en Filosofía. 

Dentro de las diferentes interpretaciones que se dieron a los resultados del plebiscito, el ya famoso 80-20% del Apruebo, una de las más reiteradas fue el relacionar que esto era “una señal de la ciudadanía” y punto, como si grosso modo el referirse a la ciudadanía era, en sí, un logro. Se comienza a generar un cambio de discurso que, apelando a la ciudadanía, significó un giro “hacia la ciudadanía” en cada acto, en cada referencia, en cada “slogan”, aunque la ciudadanía siguiera sin ser considerada. A esta altura no existe duda que la respuesta sobre “las razones” que dieron como resultado el Acuerdo Nacional de la clase política de noviembre de 2019 no pueden ser consideradas el “triunfo de demandas ciudadanas” sino, más bien, la duda es entre; quisieron salvarse ellos mismos o quisieron salvar al presidente

A grandes rasgos el “actuar” reciente de los partidos de la Alianza y de los ex Concertación no difiere, a grandes rasgos, de lo que había sucedido antes del llamado estallido social de octubre del 2019. Es más, recordemos la política de acuerdos a inicios de éste Gobierno a los cuales concurrían los presidentes de los partidos de centro izquierda –mesa nacional infancia, mesa modernización del Estado, mesa transparencia, etc- que no fueron conducentes a nada, para luego post 18 de octubre concurrir, nuevamente, a más acuerdos conducentes a nada más que salvar (o salvarse), y terminar, ahora, con una nueva política de acuerdos cuya máxima manifestación en los llamados “Mínimos Comunes” nuevamente, son conducentes a nada. Hoy lo señaló el Ministro del Interior; “estamos esperando, ahora, las propuestas de los partidos de Gobierno”. 

Con esto no quiero decir que todo haya seguido absolutamente igual en y entre estos dos conglomerados de partidos, que han compartido el poder en estos últimas décadas, sino que ahí cuando explotó la ciudadanía sus representantes -los partidos- no tuvieron la misma energía, determinación o materialización de esos anhelos ciudadanos que ya no podían seguir siendo omitidos –por algo se llama “estallido social-, por una sociedad que no resiste más-. No es que los partidos de estos dos conglomerados no estuvieran a la altura, porque en el caso de la centro derecha y derecha sí lo fue, cosa muy diferente en el caso de los hoy llamados Unidad Constituyente (ex Concertación). 

¿Por qué los partidos de la Alianza estuvieron a la altura? Porque la labor que los partidos de Gobierno tenían a partir del 18 de octubre eran;  salvar al presidente –logrado-, que terminara su mandato –se veía complejo en algún momento y lo lograron-; no realizar grandes reformas legislativas de carácter social o electoral –absolutamente logrado con excepción del 10% y una que otra reforma-; y por último el estar en condiciones de lograr el 1/3 de la Asamblea Constitucional –cosa que veremos el domingo-. Obviamente existen otros “fines” que se me pueden haber escapado pero, en términos generales, todos hacen referencia a que los partidos de Gobierno lograron mantener el status quo ahí donde, a partir de lo que podíamos observar post 18 de Octubre, tenía pocas posibilidades de mantenerse “inalterable” sin colapsar. 

“Chile cambió”, pero de eso jamás se enteró la exConcertación, incluso la Alianza lo comprendió y lograron sus fines buscando “acuerdos” constantemente post 18 de Octubre –que no solo les dio tiempo, sino sorprendentemente, sin que el tema de Derechos Humanos haya tenido la importancia y gravedad que, objetivamente, necesitó y necesita-. Recordemos que incluso dentro de los “Mínimos Comunes”, símbolo máximo de esta extraña política de “acuerdos” post estallido y mantenido en pandemia –que más parecen discursos de voluntades-, no está incorporado el tema de violaciones a los Derechos Humanos. Por ejemplo; ¿Recuerdan cuando hablaban de “cambios profundos en Carabineros”?, los partidos pareciera que ya lo olvidaron. 

La Alianza no quiere cambios, obvio, y de existir que sean lo más moderados posibles. Lo han hecho estupendo, creo. Sin embargo los partidos exConcertación, en su ánimo de “acuerdos” y de actuar en conjunto con los partidos de la Alianza, en pos de Chile o “la estabilidad democrática”, olvidaron que al final del día necesitan electores y ahí no pueden “acordar” la repartición de votos –como es posible en instituciones cuoteadas-. 

El militante o simpatizante de los partidos de la Alianza puede sentir, no creo que exista duda, que sus partidos si lo han representado y que, a pesar del plebiscito, todo lo potencialmente “nefasto” que se veía venir para Chile luego del “estallido” no ha sido tal y no se han producido las grandes reformas estructurales que “se veían venir”, y temían, luego de aquel octubre. Los partidos de derecha y centroderecha parten con un “piso mínimo” de 20%  -que corresponde al “Rechazo”- por lo que el atraer a sólo un 15% del electorado del “Apruebo” significaría ya lograr el temido 1/3 que les permitiría actuar como un bloque y, como tal, tener la capacidad de “bloquear”. Es posible que el domingo los partidos de Gobierno y derecha terminen como ganadores, tienen electores para lograrlo con un 20% “de partida”, y han estado a la altura de lo que cualquier persona objetiva de ese sector podría aspirar de sus partidos en momentos de extrema crisis; cuando parecía que todo se derrumbaba, luego del “estallido”, han mantenido la estructura general en pie sin grandes alteraciones. 

¿Dónde están los electores de la Democracia Cristiana, del PPD o del Partido Socialista para la Asamblea? No tienen la base del 20% de electores que tiene el conglomerado de partidos de Gobierno, ese es el punto de partida. Carecen de él y por lo tanto su discurso apela a la “ciudadanía” y la “independencia”, no es casualidad que no exista logo ni referencia al partido en los candidatos de ese conglomerado, como si objetivamente les restara votos el “descubrir” su militancia. Mientras la UDI, Renovación Nacional y hasta el Partido Republicano “presenta” a sus candidatos por medio de referencias a su militancia, o por medio de sus precandidatos presidenciales, los partidos “tradicionales” de centro izquierda han quedado mudos con respecto a dar a conocer “quienes son”. ¿Es acaso casualidad la baja adhesión, o que “no prendan”, las candidaturas de Ximena Rincón, Paula Narvaez o Heraldo Muñoz? El problema no son los candidatos, sino que debe verse como una manifestación del descrédito en el cual han caído estos partidos políticos. 

No basta con el discurso ciudadano tapando la militancia y una estrategia de acuerdos, que es más bien visto como una mantención del status quo, muy bien pensada por los partidos de gobierno y sus fines pero que significó el crear un abismo con respecto a los partidos de centro izquierda y la ciudadanía; que veía como todas las demandas se diluían pasando a ser representantes de una institucionalidad y forma de hacer política, que precisamente se quería cambiar. No es un dato menor que el presidente del PPD haya señalado que sus primarias serán sin Jadue o Boric, apostando al mejor posicionamiento actual de Muñoz con respecto a Narvaez y Rincón, cosa que no es mucho que digamos, pero que nuevamente apela a un cálculo electoral que puede funcionar muy bien, en teoría y pre 18 de octubre, pero que éste domingo probablemente reciba un tremendo guatazo al descubrir que dejaron huérfanas  las demandas ciudadanas; así como la inercia de seguir haciendo todo como si nunca hubiese ocurrido nada, o jamás hubiesen existido cientos de mutilados oculares, abusos e informes internacionales sobre violaciones a los derechos humanos ocurridos post estallido. 

Espero equivocarme, aunque realmente mi confianza está en una gran participación electoral y votaciones de candidatos independientes que den el “batatazo”, pero se ve bastante difícil ahí donde algunos corren con ventajas evidentes –financiamiento electoral desmesurado y desregulado, acceso a medios, macrodistritos, etc- . Mi intención, tampoco, es hacer en estas escasas líneas un análisis “total”, omito por ejemplo en gran medida el rol de los “verdaderos independientes” o de los partidos más pequeños, sino tan sólo quiero señalar que estas elecciones pueden dar como resultado que su gran ganador sea la centro derecha y derecha -partidos que lo “han hecho bien” de acuerdo a sus intereses y fines-, así como candidaturas “ciudadanas independientes” o de partidos “pequeños” que buscan y podrían llenar el vacío dejado por los partidos políticos de centro izquierda e izquierda. Es posible que el domingo en la noche observemos el desastre electoral de los partidos de la Unidad Constituyente, que como conjunto de partidos estarán lejos de lo que alcanzarán los partidos de derecha, y es aun más probable que digan; “no lo vimos venir”, otra vez. Y se preguntarán “porqué” la ciudadanía que estalló en octubre del 2019 no cree en ellos siendo que taparon hasta el logo del partido. Pucha, porqué.  

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