La periodista Yasna Mussa expuso en el diario norteamericano la normalización que existe en Chile sobre esa manera de hacer política.
Esta semana, el destacado medio estadounidense Washington Post le dedicó una columna a José Antonio Kast, donde se cuestiona a la prensa chilena por la pasividad frente al fascismo del candidato del Partido Republicano.
La autora del texto titulado "Ante las elecciones en Chile, es hora de llamar al fascismo por su nombre" es la corresponsal y reportera freelance en nuestro país, Yasna Mussa.
En la columna se plantea que el ultraderechista ha logrado posicionarse en los medios locales gracias "al resultado de la instalación permanente de fake news".
"Ha sido capaz de decir barbaridades como que ‘en los países donde hay aborto libre la tasa de maternidad es mucho más alta’ o que durante la dictadura de Augusto Pinochet ‘no se encerró a opositores políticos'", continuó.
"Fue posicionando su carrera a La Moneda gracias a encuestas cuestionadas por su metodología y cuya labor parece más de una agencia encargada de posicionar una marca que un reflejo fidedigno de la opinión popular en las calles", añadió el escrito.
Crítica a los medios chilenos
Luego, Mussa apuntó directamente hacia la prensa nacional: "Si Kast ha logrado avanzar como nunca antes ha sido gracias a la equidistancia de los medios que no han llamado al fascismo por su nombre ni se han espantado, como sucedería en cualquier otro lugar con un piso mínimo de respeto a los Derechos Humanos, cuando Kast defiende y reitera su posición de negacionismo sobre los crímenes cometidos durante la dictadura".
Sobre ese último punto, se advierte que ese tema generó polémica en Chile solo cuando la Asociación de Corresponsales de la Prensa Internacional "lo enfrentó con sus propios dichos durante una conferencia de prensa la semana pasada".
Además, la autora de la columna indicó que durante largo tiempo algunos comunicadores evitaron comentar o publicar sobre José Antonio Kast para no evidenciar sus discursos de odio, pero que "en este momento tan crucial de la historia de Chile creo que no es lo correcto, pues al fascismo se le nombra por lo que es, sin adornos ni edulcorantes".
"Las bajas posibilidades que tiene Kast con su proyecto propagandístico no son el verdadero peligro, sino el avance de su movimiento al punto de institucionalizarse y normalizar esa manera de hacer política a partir de negar la existencia y experiencia de un otro", sostuvo.
"Ahora nos queda frenar al fascismo y enviar un mensaje contundente: ¡No pasarán!", concluye la columna.
