Con rivales de entidad en el camino, la ambición será capital para conseguir la clasificación.
La Roja tiene por delante una importante hazaña para clasificarse para el Mundial de Qatar 2022. Ahora mismo ocupa el sexto puesto de la clasificación de la Conmebol, pero necesitaría estar entre los cuatro primeros de la lista para poder llegar al evento mundial. Si bien solo está a un punto del quinto y cuarto (Perú y Colombia, respectivamente), su calendario es bastante complicado, ya que debe enfrentarse a dos gigantes que encabezan la eliminatoria: Argentina y Brasil.
En estos días, la Selección se encuentra inmersa en distintos partidos de preparación o amistosos, como en el caso de los encuentros ante Ecuador y El Salvador. Con respecto a Ecuador, ahora mismo clasificada tercera del grupo para el Mundial, arrancó un empate, por lo que las sensaciones son buenas. Pero a finales de enero del año entrante, en un duelo contra la poderosa Argentina, equipo liderado por Messi, se jugará buena parte de sus opciones a continuar en la terna por un puesto en Qatar.
Si consigue pasar esta prueba, el primero de febrero puede mantener un interesante encuentro contra Bolivia, que hoy está con 15 puntos, uno menos que la Roja, por lo que estarían pugnando por la misma plaza en competición directa. Y tras esta contienda, llegaría Brasil a finales de marzo, que también representa un reto de gran magnitud si todo sigue con opciones, jugándose el todo por el todo.
Lasarte prueba con los jóvenes
Para encarar este principio de año con retos de gigante, Martín Lasarte está realizando diversas pruebas de encaje con jugadores de distintas generaciones. Actualmente, está contando con los más jóvenes, y parece estar bastante satisfecho con su resultado, especialmente en cuanto a su intensidad. Esta es una iniciativa interesante, puesto que dar minutos con responsabilidad a una nueva hornada, con hambre, y combinar su frescura con la experiencia de otros jugadores experimentados y de calidad, como Arturo Vidal, puede dar importantes réditos en el campo cuando la supervivencia está en juego.
Especialmente la actuación de Pablo Parra dejó un buen sabor de boca frente a México el 9 de diciembre, al anotar el empate al borde del final del encuentro. De hecho, la garra de la selección en dicho encuentro representó un aire fresco para los aficionados, que bien podían pensar que su equipo merecía un resultado diferente, a tenor del juego mostrado frente a la tricolor. Y lo que podría ser más importante, estamos ante la semilla de un conjunto que bien puede dar jugosos frutos de cara al Mundial de 2026, con una base comprometida y ambiciosa, de talento y ganas.
Pero antes hay que darlo todo en el reto que ocupa al combinado a corto plazo. El encuentro ante Argentina es complejo y los pronósticos no son los más favorables, pero tampoco desesperantes: a 15 de diciembre, las apuestas deportivas para este encuentro en portales especializados favorecen a los albicelestes, pero tal vez no con la rotundidad que se temía: 2,30 para Argentina frente a los 3,35 por la victoria de Chile. En eso tiene que ver que los del Messi no se juegan nada, mientras que el equipo chileno va a dar la cara para obrar el milagro y seguir vivo en la carrera al Mundial.
Y si esto ocurre, será probablemente con un equipo formado por la combinación de los más jóvenes y la experiencia de los más veteranos. Todavía no se sabe en qué proporción (ni siquiera Lasarte debe, a estas alturas, tener claro cuál es el baremo exacto), pero si bien el seleccionador no ha estado exento de críticas, parece que ha decidido realizar su arriesgada estrategia al margen de lo que se pueda pensar de él. En resumen, quedan cuatro encuentros: están Brasil y Argentina en el camino, y falta definir el equipo que encarará el gran reto. No son las mejores expectativas. Pero hay esperanza.