Tras el suceso en La Moneda, el protagonista principal del tenso momento habló.
En calle Morandé, un hombre en silla de ruedas quiso quemarse vivo en frente del Palacio de La Moneda, lo que fue noticia nacional. Esto se llevó a cabo en las primeras horas del viernes, en el centro de la capital. Teniendo en cuenta lo que informaron desde Cooperativa, todo se dio en el sector antes indicado, con un manifestante que sufre de artrosis severa.
Siendo de ese modo, el hombre pudo rociarse con bidones de bencina, aunque guardias de seguridad de BancoEstado consiguieron pausar sus intenciones con un gran accionar. Eso, antes que se prendiera fuego. A continuación, Carabineros arribó hasta el lugar, cuando funcionarios del SAMU aprovecharon para atender a la persona que trató de atentar contra su vida frente a La Moneda.
Cuando se estaba llevando a cabo el procedimiento policial, el hombre en cuestión pudo conversar con la prensa que estaba en el lugar. En ese momento, alcanzó a explicar el motivo de su drástica decisión, la que claramente no pasó inadvertida. Su nombre es Paulo Gallardo, padre de familia con 46 años, quien no ha podido trabajar durante los últimos ocho meses.
Como se pudo observar, fueron minutos de mucha tensión en el Palacio, teniendo en cuenta que pocos días atrás había sucedido algo muy similar. El pasado 15 de abril, un hombre sufrió graves quemaduras en su cuerpo, tras incendiarse dentro de su vehículo frente al Palacio. Después, se dio a conocer que se trataba de Mario Carrión, hermano de Pedro Carrión Rozas, empresario de Algarrobo asesinado y enterrado en Quintero.
Las palabras tras el polémico hecho en La Moneda
“Hace siete meses se me declaró artrosis bilateral severa, de la cual tengo una cadera operada. Soy padre de familia, estoy sin sueldo. El Compin no me quiere jubilar, no tengo plata, pago arriendo, cómo creen que se siente mi familia. Ocho meses sin recibir sueldo, pago arriendo, luz y agua… La boleta del agua me salió por 285 mil pesos”, fue lo que sostuvo, luego de un momento de mucho miedo en La Moneda.
