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Los privilegiados de siempre votan rechazo: el statu quo que desea la élite

Jueves, 28 de julio de 2022 a las 20:28

Por Claudio Marchant Lastra

A días de tomar una de las más importantes decisiones, como ciudadano comprometido desde mi juventud en contra de la dictadura, me envuelve la desazón del travestismo político, que en algún momento describió Tomás Moulian, en su libro Chile Actual Anatomía de un Mito,  con personajes de nuestra historia reciente de la mal llamada centro izquierda, a la chilena, que hicieron frente y lucharon contra la dictadura sin asco en años donde la muerte, el hambre, la inflación y la pobreza convivían con todos. Hoy blasfeman su rechazo a una propuesta constitucional escrita por los ciudadanos elegidos en las urnas. Su dolor brota como sarna porque duele que no estuvieron los poderes fácticos de siempre para ser parte de la redacción del proyecto constitucional como los fueron las elites en las ya fenecidas cartas magnas de estos 200 años de República. Parece que el miedo al futuro ciudadano atento, el populacho, a la chusma inconsciente o los octubristas, para ser más actual, los paralogizó y su tránsito lento comenzó a sentir meteorismo en sus cuerpos virginales para evacuar cambios trasnochados a una constitución fenecida y sepultada por el amplio pueblo-ciudadano que con dignidad y coraje votó el 25 de octubre de 2020.

Como no recordar, no diré nombres porque omitiría a otros y son muchos, que desde el Golpe de Estado y la instalación de la dictadura fueron férreos detractores del régimen militar, a modo de ejemplo, lo fueron los históricos denominados grupo de los 13 de la DC, incluido el papá de Sebastián Piñera que pidió borrar su firma, olía que no era un buen negocio para sus primogénitos, eso es otra historia. Hoy a estos sobrevivientes los envuelve la amnesia del tiempo y sin un dejo de arrugase, más allá de las naturales marcas que el tiempo dejó en sus cuerpos, rechazan este proceso ciudadano internacionalmente reconocido como único en su forma, los llevan a arrodillarse frente al cristo doliente pensando en sus pecados y deciden, así, rechazar. Pero desde los '90 en adelante, en una democracia tutelada estos, como tantos otros “demócratas”, se acomodaron en sus curules o empresas tanto estatales como privadas y fueron fagocitados por el sistema neoliberal que tanto odiaban, pero que tanto comenzaron a adorar como becerro dorado. La polis económica entró en pánico ante la posible pérdida de sus privilegios y sus saqueos al Estado, que la elite financiera chilena ha gozado desde 1973 a la fecha con estos privilegios y trucherías, como muy bien lo describen y documentan los periodistas Carlos Tromben e Ignacio Schiappacasse en su libro “Todo Legal”.

En este teatro de variedades y marionetas baratas de políticos de todo el arcoíris que nos borraron hace rato la alegría que venía, y que solo esta sería para ellos una gran risotada al pueblo, sin incluir a los ciudadanos de a pie, que los endeudaron con el CAE, la salud, las AFP, y un largo etc., es decir, el ciudadano credicard, según Moulian, en su máximo esplendor hoy se desangra. Es cosa de ver las angustias y depresiones de nuestros colectivos sociales que día a día se esfuerzan por vivir en mejores condiciones, mientras conspicuos exconcertacionistas y nueva mayoría se mimetizan con la derecha extrema, la cual nunca ha pagado sus excesos, sus saqueos al Estado y su complicidad criminal con la dictadura. Se amalgamaron como un todo, como un arlequín para vender ilusiones, para no perder sus cupos parlamentarios, granjerías corruptas, que incluye a militares, carabineros, SQM, banqueros y charlatanes y tantos más.  Todos a los que los medios de comunicación pagados tradicionales amparan y protegen, a una derecha ultrona que como hiena huele la sangre del pueblo doliente, creando una tormenta corrosiva y ácida de mentiras y brutalidades legales que quieren permear el cuerpo social de mi país, que solo añora cambiar y construir un futuro serio y no pseudas modificaciones trasnochadas de una constitución de 1980 mal engendrada. Excluyo y saludo a los medios independientes que sobreviven de la caridad de sus lectores e informan verazmente.

El fin del rechazo es que el camino permanezca siempre igual, con ellos como protagonistas y creerse los benefactores del Chile que en su imaginario creen representar: un país imaginario, políticos imaginarios, cambios imaginarios, ciudadanos imaginarios, me permito parafrasear a Nicanor Parra. Verdaderos artefactos desechables. Aprobar es lo correcto, todo es mejorable, tenemos una propuesta honesta, armónica y con todos incluidos, que nos permitirá fortalecer socialmente nuestro país saqueado por los de siempre; por los del rechazo, los acomodados de última hora y casi todo el arco político; con pena lo digo, ya que muchos fueron asesinados soñando este cambio y en su memoria seguimos.

Luego de una elección democrática, participativa y transparente elegimos convencionales comunes y corrientes, salvo algunos infiltrados que no cesaron en torpedear el proceso constitucional desde adentro, la gran nave insigne a construir con manos de demócratas para lanzar al mar de la esperanza, para que todos, los verdaderos ciudadanos, nos subiéramos y navegáramos, con las turbulencias que hoy tanto la derecha como sus aliados oportunistas de la exconcertación tratan de desviar su rumbo para no perder sus privilegios. Grupos de doble estándar que hoy son un verdadero lastre para que nuestra nave madre y republicana siga su curso y con la carta de navegación propuesta y escrita por chilenos y chilenas diversas, sin adoctrinamiento político, con solo el sentido común y el común de los sentidos. ¡Nos más mentiras! Hay que soltar los lastres para llegar a puerto y abrazar la democracia de todos.

Mentir y mentir para que nada cambie, por favor, me resisto a olvidar que desde mi juventud estuve en la calle y corrí riesgos insospechados en manos de la CNI y seguí adelante en contra de la dictadura y su Constitución maldita con sus garras ensangrentadas. Me resisto a olvidar a nuestros compatriotas asesinados, desaparecidos y torturados que soñaban el Chile que hoy estamos construyendo con energía, frente a la mentira descarada y esquizoide de los corruptos conocidos.

Con convicción, con sentido de país, con la dignidad que desde octubre de 2019 exigimos y construimos en cada rincón de mi querido país… no más, nunca más mentiras… invito a la juventud, a los trabajadores, a nuestro padres y abuelos, a la diversidad, a los pueblos que habitan en Chile a participar y aprobar... las alamedas ya se abrieron… solo faltas tú.

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