La información que fue revelada por Baradit dejó grandes debates.
Sin dudas, lo que dio a conocer Jorge Baradit en estas horas será uno de los episodios más polémicos de la corriente semana. Eso, teniendo en cuneta que la Convención Constitucional habría tenido un intenso carrete en Concepción, luego de su primer viaje regional hasta la zona del Biobío. Entendiendo lo que acotó el exconvencional en su recién publicado libro, "La constituyente: historia secreta de Chile (2022)", se sabe que "la derecha puso el grito en el cielo porque estábamos derrochando dinero en un ‘viaje turístico’, como le llamó".
En dicha publicación, Jorge Baradit dejó en claro que cierta vez, en medio de las largas votaciones que podían llegar a tomar doce horas, “apoyé mi cabeza en mis brazos sobre la mesa durante un instante. Un convencional de derecha me tomó la foto durante los tres segundos en que estuve en esa posición y se la envió a Teresa Marinovic, quien la hizo circular bajo el título: ‘Baradit, durmiendo durante el trabajo’”.
"No nos extrañó que amaneciéramos con la noticia bomba de que la noche anterior había habido un carrete en uno de los hoteles. Que se habían bañado sin autorización en la piscina y que las risas y carreras en los pasillos habían provocado la molestia de los pasajeros. El hotel negó los hechos, los convencionales dijeron no haber escuchado nada y solo la derecha infló el tema”, agregó el escritor.
Duras palabras de Baradit
De esa manera, en la página 103 de La constituyente, Jorge Baradit aprovechó para decir que algo raro pudo ver en el Colectivo Socialista en el almuerzo del día siguiente. “Por supuesto que el tema de la supuesta fiesta en el hotel Pettra de Concepción también salió al debate. Repetí lo que me habían confirmado, que nada había ocurrido, que nadie del Colectivo Socialista había estado involucrado y que la ridiculez se descartaba sola cuando se planteaba que la propia Elisa Loncón se había bañado desnuda y borracha en la misma piscina”, destacó.
“Por supuesto nos reímos. Me dijo que ya estaba más tranquilo porque lo de su fiesta en el Pettra había logrado pasar piola. Sorprendido, pero sobre la marcha. Le hice un chiste acerca de la piscina y me confirmó que en efecto había ocurrido así, que él había nadado sin autorización, de noche, en las instalaciones cerradas del hotel, como parte de los festejos. Sonreí, pero quedé helado. En aquel instante, supe que estaba emocionalmente fuera del grupo. ‘Apretones’, les llaman”, cerró.