Este viernes, la expresidenta Michelle Bachelet participó de la conmemoración de los 50 años del discurso de Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara en México. Ahí, la otrora mandataria afirmó que en América Latina aún existen poderes que hacen lo posible por evitar los cambios.
Cabe recordar que el 2 de diciembre en 1972, Allende dio una charla en la mencionada casa de estudios y pronunció uno de sus memorables discursos ante un auditorio que lleva su nombre en la actualidad: "Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica; pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse como revolucionario en una sociedad burguesa es difícil".
Por lo que se organizó una actividad que incluyó una conferencia -de manera telemática- de Bachelet, quien expuso: "Hoy lo revolucionario es ser un actor protagónico de la democracia. Hoy, lo que va en contra de las leyes naturales es ser joven, disfrutar las libertades y las conquistas de siglos de lucha, sin asumir la responsabilidad de defender la democracia que las sostiene".
Agregando que la juventud es la "base y motor del proceso de cambio" y tendrán que enfrentar las "nuevas batallas democráticas", como la desinformación, la manipulación de temores en la población y las nuevas formas de exclusión.
Luego, la exjefa de Estado mencionó que la Unidad Popular "tuvo que enfrentar a una derecha, por un lado, que no quería los cambios sociales y estructurales de fondo, pero también la intervención directa de Estados Unidos con dineros, con recursos para justamente impedir un cambio estructural de esa manera en América Latina".
"Existieron esos riesgos, que hoy día esos mismos existen en el sentido de fuerzas también superiores poderosas que creen que los cambios son dañinos y que también se juegan en contra de estos cambios apoyando muchas veces a sectores que están en contra de los cambios en los distintos países", añadió.
Al finalizar, Michelle Bachelet recalcó que la democracia es "nuestro terreno de entendimiento común y los siglos de historia nos han legado este régimen, imperfecto, perfectible, como el camino más seguro para dar espacio a la libertad de pensamiento, de expresión, para tener una convivencia pacífica donde podemos deliberar y garantizar derechos sociales".
