A propósito de los escabrosos casos que hemos conocido durante los últimos días donde un niño era “esclavizado” por su madrastra en Iquique y otro menor de ocho años vendida para trabajar como sirvienta me pregunto: ¿dónde está el Estado? ¿El hecho de que no tengan derecho a voto da pie para dejarlos de lado de tal manera? El Estado chileno falla en el inicio de las vidas de quienes tiene por mandato proteger, el ex Sename un claro ejemplo de ello, la falta de gestión fue brutal en un organismo capturado por los partidos políticos y la carencia de recursos.
Recordemos que la ONU estableció hace ocho años que Chile y su institucionalidad violó sistemáticamente los derechos humanos de los menores de edad que estaban bajo su cuidado. La PDI , por su parte, levantó información sobre un total de 240 centros bajo su dependencia, el 90% no cumplía los estándares mínimos y daban cuenta de algún tipo de vulneración.
Es imperativo avanzar en fortalecer el modelo de “Familias de Acogidas” para hacerse cargo de distintos perfiles de necesidades, avanzar a sistemas profesionales de acogimiento familiar. Las residencias -además de una infraestructura adecuada- deben contar con profesionales especializados y acceso garantizado a las prestaciones de salud y educación. En una gestión de oferta abierta, basada en evidencia y que cubra los importantes déficits que hoy hacen engrosar listas de espera en programas especializados.
Todo esto implica un trabajo intersectorial de cara a los garantes, con información transparente y unificada con el Poder Judicial, se requiere dotar de herramientas presupuestarias y técnicas a la Corte Suprema y a la Defensoría de la Niñez para un monitoreo estrecho del cumplimiento de los marcos normativos.
Siempre se anuncian cambios, pero qué es lo que realmente pasa: Nada. Y es que en el Chile de las injusticias siempre es así. Todo cambia, para no cambiar nada. Son los miles de niños que han sufrido la desidia e inacción del estado, quienes nos mueven a no olvidarlos…
