Con la llegada del verano, muchos buscan destinos nuevos para pasar unos días de descanso. Este año, el destino que promete cautivar a muchos es Quintero, en la región de Valparaíso, un lugar que combina historia, naturaleza y playas únicas en Chile. Entre sus principales atractivos destaca Playa Los Enamorados, una joya escondida entre acantilados y senderos boscosos, ideal para quienes buscan escapar de las multitudes de Viña del Mar y Reñaca.
Quintero, conocida como la "tierra de corsarios y piratas", ofrece mucho más que sus hermosas playas. El “Parque Municipal Luisa Subiré”, con entrada gratuita, es un espacio imperdible para disfrutar de vistas panorámicas, jardines decorados con esculturas y relajantes caminatas. Desde sus miradores, es posible contemplar la pequeña y pintoresca Playa Los Enamorados, famosa no sólo por su belleza natural, sino también por ser el escenario de una icónica sesión de fotos de Soda Stereo en 1987.
Un lugar ideal para visitar
Aunque esta playa tiene un ambiente tranquilo, especialmente los días de semana, es importante tener en cuenta algunas restricciones. No se permite realizar picnics, pero es posible disfrutar del paisaje llevando reposeras y sombrillas. Durante el verano, el parque que da acceso a este paraíso está abierto entre las 11 y las 19 horas, ofreciendo a los visitantes una experiencia ordenada y organizada.
Por otra parte, para los amantes de la historia y las leyendas, Quintero no se queda atrás. A pocos pasos de Playa Los Enamorados, se encuentra la “Cueva del Pirata”, donde se dice que Francis Drake escondió sus tesoros hace siglos. Este rincón cargado de misticismo es parte de un paseo costero que también lleva a otras pequeñas playas como El Caleuche y Los Rieles, cada una con su propio encanto.
Finalmente, enero es un mes especial para los visitantes de Quintero, ya que se celebra la emotiva tradición del “Cristo Sumergido”. Esta festividad reúne a la comunidad y a turistas en torno a una figura de 4 metros de altura ubicada a 12 metros de profundidad. En un acto simbólico, los buzos colocan cofres con peticiones bajo el agua, creando una experiencia única para quienes buscan combinar turismo y espiritualidad.
