Chile vivió una noche frustrante en su encuentro ante Ecuador, mostrando graves carencias en ataque y rozando la eliminación en un partido en el que nunca encontró efectividad. A pesar de algunos destellos de juego, la selección nacional volvió a chocar con su principal problema: la falta de puntería y olfato goleador, dejando a la afición con más dudas que certezas. Por esto, Arturo Vidal no se guardó nada.
El primer tiempo fue equilibrado, con un mediocampo donde Arturo Vidal destacó por su entrega y recuperaciones, demostrando una vez más su veteranía a sus 37 años. Sin embargo, el cansancio hizo mella, y el técnico Ricardo Gareca optó por reemplazarlo en el segundo tiempo para darle frescura al equipo con la entrada de Luciano Cabral. Vidal, desde afuera, siguió influyendo en el partido, casi como un asistente técnico, arengando a sus compañeros desde el borde del césped.
Tras el encuentro, el volante de Colo Colo tuvo palabras contradictorias: aunque reconoció su tristeza por el resultado, elogió el carácter del equipo. "De nuevo nos falló la puntería. Estoy triste por eso. La presión estaba sobre nosotros. Pero feliz porque los jugadores tienen mucho carácter y le van a dar mucha alegría a la Selección", declaró Arturo Vidal, evitando dar un respaldo contundente a la continuidad de Gareca.
Arturo Vidal fue contundente
Consultado sobre si el entrenador argentino debería seguir al mando, el exjugador del Bayern Múnich se mostró evasivo: "No sé. La ANFP tiene que ver qué decisión toma". Sus palabras contrastan con el apoyo que históricamente ha recibido de sus técnicos, marcando un posible distanciamiento en la relación entre el líder natural del equipo y el estratega.
Con este resultado, la selección chilena sigue sumida en una profunda sequía ofensiva, mientras la incertidumbre crece alrededor del futuro de Gareca. La falta de gol y las decisiones técnicas empiezan a generar cuestionamientos, dejando en claro que la Roja necesita cambios urgentes si quiere volver a competir al más alto nivel.