Charles Aránguiz vive un gran momento en su retorno a Universidad de Chile, el equipo al que ha regresado este año tras una exitosa década en el fútbol internacional. El mediocampista dejó el Inter de Porto Alegre para cumplir su deseo de volver a “la U”, su club de origen, después de haber pasado siete años en el Bayern Leverkusen, donde consolidó una destacada trayectoria.
En una entrevista con el canal oficial de Universidad de Chile, el “Príncipe” habló sobre su extensa experiencia en el extranjero y lo que lo motivó a quedarse tanto tiempo en el equipo alemán. En Leverkusen, Charles Aránguiz acumuló 214 partidos, 18 goles y 24 asistencias, además de fortalecer su relación con la afición y el club. Recordó cómo comenzó su aventura fuera de Chile: “Salir del país era un sueño, pero tampoco era una obsesión. Tras tres años en la U, se dio la chance de Brasil, donde pude aprender mucho de la cultura”.
Tras un buen año en el Inter de Porto Alegre y su paso por la selección, Aránguiz fue fichado por Leverkusen, una etapa que marcó su vida personal y profesional. “Fue un proceso rápido, pero decidí enfrentar el desafío. No esperaba quedarme tanto tiempo, pero las circunstancias me llevaron a quedarme más de lo que imaginé”, explicó. En el equipo alemán, encontró un entorno de apoyo y confianza que lo motivó a mantenerse en el club, pese a que tuvo otras oportunidades para cambiar de rumbo.
Charles Aránguiz analizó el fútbol alemán
El mediocampista valoró el ambiente que encontró en Leverkusen: “Tuve la suerte de rodearme de personas que pensaban como yo. Hubo momentos difíciles, pero siempre me sentí respaldado, y aunque podía haber salido, decidí quedarme por esa conexión con la gente y los hinchas”. Para Charles Aránguiz, ese apoyo y las relaciones que formó fueron elementos cruciales que enriquecieron su experiencia.
Finalmente, reflexionó sobre lo que implica jugar fuera de Chile: “Es difícil estar lejos de tu país y tu familia, hay diferencias culturales, aspectos positivos y otros que no te gustan, pero el balance es positivo. El crecimiento personal y familiar, además del aprendizaje en disciplina y respeto, hacen que la experiencia valga la pena”, concluyó.
