Universidad de Chile recibió al campeón del fútbol chileno, Coquimbo Unido, en el Estadio Santa Laura, en un encuentro marcado por la tensión y las protestas de sus propios hinchas. El compromiso, que se disputó en el recinto de Independencia, tuvo que ser pausado en los primeros minutos debido al lanzamiento de fuegos artificiales desde el sector norte, reflejando el malestar de la fanaticada.
La hinchada manifestó su indignación no solo por medio de pirotecnia, sino también con carteles y gritos que apuntaron directamente contra la dirigencia de Universidad de Chile. Las protestas se centraron en los recientes problemas institucionales, especialmente en la figura del presidente de Azul Azul, Michael Clark, quien recibió una durísima sanción por parte de la CMF y arriesga dejar el mando de la concesionaria laica en el corto plazo.
La frustración de los fanáticos se extendió desde las galerías hacia el campo de juego, donde dos jugadores en particular fueron blanco de las críticas y los abucheos: el delantero Leandro Fernández y el portero Gabriel Castellón. El atacante tuvo un bajo protagonismo en el duelo frente a los "Piratas", generando molestia en los seguidores, quienes señalaron que cada vez que entró en contacto con la esférica, su resolución no fue la adecuada.
Enojo en Universidad de Chile
Sin embargo, el jugador que sin dudas fue señalado como responsable de condicionar el resultado para los Azules en la primera mitad fue el guardameta Gabriel Castellón. El golero cometió un error notorio con una muy mala salida en la jugada que culminó con el gol de Mundaca, justo cuando la primera parte del encuentro estaba por finalizar.
De esta manera, el retorno de Universidad de Chile a Santa Laura como local se vio empañado por la división interna y la tensión entre la dirigencia y sus seguidores. La protesta de la hinchada evidenció la profunda crisis institucional que vive el club, sumándose al descontento por el rendimiento de algunas figuras clave en la cancha.