Un reciente reportaje de T13 ha puesto en evidencia la preocupante relación entre la barra brava de Universidad de Chile, "Los de Abajo", y el crimen organizado. La investigación reveló que algunos de sus miembros estarían involucrados en actividades ilícitas como tráfico de armas y drogas, e incluso en homicidios, lo que plantea serias interrogantes sobre la seguridad en los estadios.
Uno de los casos más inquietantes es el de Maykool Muñoz Castro, conocido como "Eron", líder de la facción "Ferro Azul". Según el reportaje, Muñoz ha estado implicado en múltiples crímenes, entre ellos el asesinato de José Tapia Cortés, hincha de Colo Colo, durante una emboscada tras un Superclásico. A pesar de estos antecedentes, tanto la ANFP como Azul Azul habrían gestionado su retorno a los estadios, permitiéndole asistir a eventos deportivos.
El reglamento podría complicar a los azules
La investigación revela que, apenas tres meses después de su participación en el homicidio de Tapia, Muñoz fue autorizado para ingresar nuevamente a los estadios. Este hecho ha generado gran controversia, ya que demuestra un posible vínculo entre las barras bravas de Universidad de Chile y las instituciones responsables de regular su comportamiento.
Documentos presentados en el reportaje muestran que Maykool Muñoz figuraba en listas oficiales para coordinar la entrada de elementos de animación en los partidos de Universidad de Chile. El gerente de seguridad de Azul Azul, Javier Gonçalves, habría firmado dicha autorización, lo que ha despertado críticas por la falta de control sobre quienes participan en estas actividades.
Aunque el reportaje solicitó entrevistas con representantes de la ANFP y de Azul Azul, ninguna de las partes accedió a dar declaraciones públicas sobre el tema. Este caso ha generado preguntas sobre posibles sanciones deportivas. Según el artículo 66° bis del Código de Procedimientos y Penalidades de la ANFP, los clubes que colaboren económicamente o faciliten recursos a barristas podrían perder hasta 10 puntos en el campeonato, y en casos de reincidencia, enfrentar un descenso de categoría.
¿Habrá problemas para la Universidad de Chile?
Aunque en este caso no se ha confirmado una infracción directa en términos económicos, el vínculo entre el club y los barristas para la coordinación de elementos de animación está bajo escrutinio. Estadio Seguro también establece que las personas que ingresen elementos de animación no deben estar relacionadas con actos de violencia, lo que deja en una posición comprometida a Universidad de Chile frente a estos hechos.
La investigación ha dejado en evidencia la compleja relación entre el fútbol y las barras bravas, y ha puesto en tela de juicio las medidas de seguridad que deben tomarse para garantizar la seguridad de los hinchas en los estadios.
