Universidad de Chile ha iniciado su planificación de refuerzos con la mira puesta en el título de la Liga de Primera 2025, buscando potenciar un plantel que ha mostrado destellos de jerarquía. Sin embargo, el mercado de pases no solo trae consigo la esperanza de nuevas incorporaciones, sino también la preocupación latente por la posible fuga de figuras clave. El Centro Deportivo Azul se ha transformado en un epicentro de rumores, con una lista creciente de titulares que podrían abandonar el club antes de lo esperado.
La incertidumbre ya rondaba en torno a nombres como Fabián Hormazábal y Matías Sepúlveda, por quienes la dirigencia azul se mantiene en alerta ante eventuales ofertas. No obstante, en las últimas horas, un nuevo nombre ha añadido una capa de preocupación a la estrategia de Gustavo Álvarez: Franco Calderón. El defensor central, fundamental en el esquema del técnico, se suma a la lista de posibles salidas, y el principal problema radica en las bajas cláusulas de rescisión que lo vinculan al club.
Según información de Cooperativa Deportes, el interés por los jugadores de la Universidad de Chile es real y se extiende a diversos mercados. "Sumen otro nombre que está en los sondeos: Franco Calderón. En su momento desde México, Pumas preguntó por él. Ahora no me quisieron dar el nombre del equipo, pero está dentro de los que pueden partir", detallaron en el programa. Esto confirma que el rendimiento de Calderón no ha pasado desapercibido, poniendo en riesgo su continuidad en el equipo universitario.
Posible baja para Universidad de Chile
El meollo del asunto, y lo que realmente inquieta a la cúpula directiva de la U, son las accesibles cláusulas de salida de varios de sus futbolistas. Si bien la idea original es concretar ventas a fin de año, el riesgo de perder jugadores antes es inminente. "La idea es vender a fin de año, pero si fuera por el presidente los vendería a todos ahora", señalaron en Cooperativa Deportes, evidenciando la disyuntiva económica.
Un claro ejemplo de esta problemática es el caso de Matías Sepúlveda, cuya cláusula es "menos de un millón de dólares". Ante esta situación, la dirigencia azul ya se encuentra en conversaciones con el jugador para intentar mejorar sus condiciones contractuales y, de ser posible, elevar esa cláusula. El temor es real: si una oferta tentadora llega por cualquiera de estos jugadores con cláusulas bajas, a Universidad de Chile le resultará extremadamente difícil retenerlos, afectando directamente su ambición de luchar por el título en 2025.
