El presidente de la ANFP, Pablo Milad, se ha puesto en contacto directo con Alejandro Domínguez, timonel de la Conmebol, para defender a la Universidad de Chile tras los violentos incidentes que obligaron a suspender el partido contra Independiente por la Copa Sudamericana. Esta acción responde a una ofensiva liderada por el presidente de Independiente, Néstor Grindetti, quien viajó a Paraguay para exigir la obtención de los puntos y, con ello, la clasificación de su equipo a la siguiente fase del torneo.
Grindetti no ocultó su postura al llegar a Asunción. "Venimos a contar los hechos. El partido fue cancelado por la actitud de los hinchas chilenos. Tenemos derecho a los puntos", declaró, argumentando que la responsabilidad de la suspensión recae sobre los seguidores del club chileno. La dirigencia de la U, por su parte, se ha enfocado en atender a sus hinchas heridos y detenidos en Argentina, visitando hospitales y comisarías para garantizar sus derechos, una prioridad que ha dejado la respuesta institucional en manos de la ANFP.
Ante el movimiento de Independiente, la ANFP decidió tomar cartas en el asunto. A través de un comunicado oficial, condenaron "las graves agresiones de parte de los barra brava de Independiente" y acusaron "pasividad del club organizador". Más allá de las declaraciones públicas, el presidente Milad realizó un llamado directo a Domínguez. Según reveló La Tercera, en la conversación sostenida el jueves 21, Milad reiteró la defensa de la U y enfatizó que Independiente era el responsable de la organización y la seguridad del evento.
Conmebol, en medio de la polémica
Milad hizo hincapié en el incumplimiento de los protocolos de seguridad en el Estadio Libertadores de América, un punto clave para la defensa del club chileno. La directiva de la U, liderada por Michael Clark, se mantiene al margen de esta disputa en Conmebol, enfocando sus esfuerzos en la situación humanitaria de sus seguidores en Argentina.
La intervención de Pablo Milad ante el máximo dirigente del fútbol sudamericano es vista como un esfuerzo por evitar la sanción más severa para el club chileno. La resolución de este conflicto dependerá de si Conmebol considera que los protocolos de seguridad fallaron y si la responsabilidad recae en el club organizador, tal como lo argumenta la ANFP, lo que podría salvar a la U de un castigo mayor.
