Tras casi un lustro desde su última aparición oficial, Walter Montillo vivió una emotiva jornada de despedida en el Estadio Nacional. El homenaje a la "Ardilla" contó con la participación de destacadas figuras del fútbol internacional y local, entre ellos Juan Pablo Sorín, Ezequiel Lavezzi, Matías Rodríguez, Diego Rivarola y Sergio Vargas, quienes acompañaron al volante en su último encuentro frente a la hinchada.
A pesar del marco festivo y los aplausos que marcaron los pasajes del partido, el evento dejó una sensación de indignación debido al deplorable estado de la cancha. Los asistentes y televidentes notaron de inmediato que la superficie de juego no estaba en condiciones óptimas, lo que generó una ola de críticas en redes sociales por parte de los simpatizantes.
La molestia de los seguidores se fundamenta en la millonaria inversión realizada previamente para la instalación de una carpeta de césped natural-híbrido de alta tecnología. Los usuarios manifestaron su descontento al ver cómo el estándar de calidad de la superficie decayó drásticamente para la despedida de Walter Montillo, transformándose en un punto negro dentro de una jornada que pretendía ser puramente conmemorativa.
Enojo en la despedida de Walter Montillo
El deterioro del césped se explica por la intensa actividad no deportiva que ha tenido el recinto tras el Mundial Sub 20 de la FIFA Chile 2025. Desde entonces, el coliseo de Ñuñoa solo albergó dos duelos profesionales, priorizando una agenda de conciertos masivos que incluyó a Linkin Park (2 de noviembre), Dua Lipa (11 y 12 de noviembre), Oasis (19 de noviembre), el cierre de la Teletón (29 de noviembre) y Los Jaivas (7 de diciembre).
Como consecuencia de estos eventos multitudinarios, como la despedida de Walter Montillo, el campo de juego presentó manchones amarillentos y zonas de alto desgaste, especialmente en las áreas colindantes a la pista de rekortán. Estas deficiencias ya habían sido captadas días antes por registros aéreos de TVN, confirmando el daño estructural que sufrió el pasto híbrido producto de la sobrecarga de montajes y espectáculos musicales en el principal coliseo del país.
