La disputa entre los hermanos Kel Calderón y Nano ha escalado a niveles insospechados, luego de que Nano revelara fuertes acusaciones contra su padre, Hernán Calderón Salinas, y criticara abiertamente a su hermana por respaldarlo. A través de un extenso comunicado en redes sociales, Nano detalló los supuestos abusos que su padre habría cometido contra su pareja, Rebeca Naranjo, y reprochó a Kel por alinearse con él en medio del conflicto.
Kel Calderón, por su parte, ya había dejado en claro su postura durante una entrevista en el programa Podemos Hablar, donde afirmó no tener relación con su hermano desde hace más de una década. "El árbol familiar a veces hay que podarlo, y yo decidí cortar ese lazo", declaró, asegurando que no siente ningún tipo de compasión hacia Nano, especialmente después del ataque que este perpetró contra su padre con un arma blanca.
Nano, sin embargo, narró un incidente que habría marcado el quiebre definitivo con su hermana. Según él, en 2020, Kel le negó un favor relacionado con una aplicación de transporte que ella promocionaba, lo que habría dejado a un amigo suyo en una zona peligrosa, donde fue víctima de un asalto. "Ella se burló de la situación y desde ese día corté toda relación con ella", aseguró, añadiendo que cualquier posibilidad de reconciliación dependía de que Kel pidiera disculpas.
Kel Calderón salió al cruce
El joven también cuestionó la coherencia de su hermana, quien se ha declarado feminista en múltiples ocasiones. "Ella siempre dice apoyar a las mujeres, pero cuando el acusado es su padre, su discurso se cae", expresó Nano, recalcando su decepción porque Kel no respaldara a Rebeca en sus denuncias. Estas declaraciones generaron una ola de críticas hacia Kel en redes sociales, donde usuarios la acusaron de hipocresía.
Ante la presión, Kel Calderón optó por restringir los comentarios en sus publicaciones de Instagram, mientras que Nano y Rebeca recibieron mensajes de apoyo. La controversia, lejos de apaciguarse, sigue generando debate público, dejando en evidencia una fractura familiar que parece no tener vuelta atrás.