La emisión de un nuevo episodio del reality show de Mega, "El Internado", la noche del jueves, se caracterizó por las conversaciones íntimas y conmovedoras entre la conductora, Tonka Tomicic, y los participantes. En esta instancia de profunda reflexión, Natalia Rodríguez, popularmente conocida como "Arenita", abrió su corazón para desclasificar el impacto emocional y la terapia extrema que debió afrontar para superar una de sus relaciones pasadas.
Rodríguez se sinceró acerca de su turbulenta relación con Karol Lucero, la cual dejó una profunda huella en su vida. La exfigura del programa Yingo manifestó que, a pesar del dolor, el vínculo se convirtió en una lección vital. "Para mí él fue quizás un gran maestro, en el sentido de que me enseñó lo que nunca más debo tolerar que una persona, un hombre, haga conmigo: mentiras, infidelidades, gaslighting, manipulación y red flags que antes ignoré", comentó "Arenita" en la conversación.
La magnitud del daño emocional fue tal que la influencer tuvo que recurrir a un tratamiento poco convencional. "Él me generó un trauma muy grande que me costó años reparar", confesó. Sorprendiendo a los presentes, reveló la naturaleza de su proceso de sanación: "Tuve que hacer una terapia llamada MDR, diseñada para soldados que regresan de guerra con grandes traumas. Ese mismo tipo de terapia fue la que necesité para superar lo que viví en esos tiempos", detalló.
Viral confesión de Arenita
Además de la terapia, Rodríguez compartió cómo logró reconstruir su autoestima tras la ruptura. Inicialmente, reconoció haber caído en las comparaciones después de que su expareja la dejara: "A mí me dejaron por otra mujer espectacular, y obviamente me comparé durante mucho tiempo", admitió. Sin embargo, enfatizó su crecimiento personal: "Pero ya no. Sé lo que valgo, sé la persona increíble que soy y mis valores valen mucho más que cualquier físico".
Finalmente, Arenita aseguró que esta compleja experiencia ha quedado definitivamente atrás y ha marcado un antes y un después en su forma de interactuar con el mundo. Reconoció que en el pasado solía juzgar el valor de las personas por su apariencia física, pero hoy entiende que lo verdaderamente fundamental yace en el interior de cada uno.
