Un registro sonoro exclusivo, difundido por el programa Que te lo Digo, expone una conversación privada entre Hernán Calderón y su abogado, en la que analizan la estrategia jurídica frente a la demanda por intento de homicidio interpuesta en 2020 contra su hijo, Nano Calderón. En la grabación, el empresario insiste en que la acusación de abuso sexual en su contra, presentada por Rebeca Naranjo, pareja de su hijo, fue fabricada como parte de una campaña en su contra.
Durante el diálogo, Hernán Calderón padre y su representante legal evalúan modificar la denuncia original de intento de parricidio por la de lesiones graves en un contexto de violencia intrafamiliar (VIF), siempre y cuando Nano y Naranjo retiraran la acusación de abuso reiterado. Hernán Calderón justifica esta decisión como una medida para evitar consecuencias más graves, aunque sin ceder en su postura sobre la peligrosidad de su hijo.
El empresario también expresa su decepción hacia Raquel Argandoña, madre de Nano, por no haber intervenido de manera más firme en el conflicto. En sus palabras, esperaba que ella impulsara a su hijo a pedir perdón y a someterse a un tratamiento psiquiátrico, en lugar de solo sugerir el retiro de la querella. Calderón asegura que, de no haber actuado legalmente, su vida y la de su hija Kel habrían corrido peligro.
Virales palabras de Hernán Calderón
En fragmentos contundentes del audio, Hernán Calderón relata los supuestos intentos de su hijo por asesinarlo, mencionando incidentes específicos, como un disparo en junio y un ataque con un cuchillo en agosto de ese año. Acusa a Nano de planificar meticulosamente estos actos mientras mantenía un trato aparentemente normal con él. Además, sostiene que su hijo requiere urgentemente atención psicológica para controlar sus impulsos, advirtiendo que, de lo contrario, podría lastimar a alguien más, incluyendo a su propia hermana o a Rebeca Naranjo.
Finalmente, Hernán Calderón hace un llamado desesperado a Argandoña para que actúe como madre y busque ayuda profesional para Nano. Insiste en que ya no puede seguir protegiéndolo, pues teme que, en un arranque de violencia, su hijo termine con la vida de un familiar o incluso la suya propia. La grabación deja al descubierto una crisis familiar profundamente enraizada, donde las acusaciones legales se entrelazan con reclamos emocionales y preocupaciones por la seguridad de todos los involucrados.
