Una revelación de la actriz Katty Kowaleczko encendió el debate en el panel del programa “Sígueme” de TV+. Durante una entrevista en otro medio, la actriz confesó que hace años estuvo cerca de animar el Festival de Viña del Mar cuando Canal 13 poseía los derechos del certamen. Sin embargo, su participación no se concretó luego de que solicitara una remuneración equivalente a la de su coanimador, Sergio Lagos. Según sus palabras, planteó que era “el mismo trabajo”, pero tras su petición “nunca más tuve una respuesta, ni si ni no”.
Estas declaraciones fueron el punto de partida para un intenso intercambio de opiniones entre los panelistas Michael Roldán y Daniela Aránguiz. La discusión se centró en la naturaleza de la labor de conducir el prestigioso evento. Mientras ambos coincidieron en la legitimidad de exigir igualdad salarial, sus posturas se distanciaron drásticamente al evaluar el significado y las implicancias de ser el rostro principal del festival más importante de Latinoamérica.
Por un lado, el periodista Michael Roldán defendió la visión de que la animación del certamen es un trabajo de alta exigencia y no un regalo. Enfatizó la enorme presión mediática que conlleva, planteando interrogantes como “¿Exponerte a las críticas? ¿Exponerte a que todo Latinoamérica evalúe tu trabajo?”. Roldán insistió en desmitificar el rol, afirmando categóricamente: “Pero no es un premio Daniela, métetelo en la cabeza. Es un trabajo. Ningún animador tiene que, de rodillas, agradecerle al jefe que lo escogió”.
Daniela Aránguiz y Michael Roldán, en la mira
En la vereda opuesta, Daniela Aránguiz sostuvo que la designación como animador del Festival representa un honor y el reconocimiento a una trayectoria exitosa. Para ella, ser elegido es una señal de estar en la cúspide profesional. “Cuando te llaman del Festival de Viña es porque estás en el peak de animador”, argumentó. Aránguiz mantuvo su postura firmemente, comparando la experiencia con un logro deportivo de máxima categoría para ilustrar su punto de vista.
La diferencia de criterios se mantuvo a lo largo de la conversación, con Daniela Aránguiz comparando la oportunidad con un trofeo ganado. “Es un premio a tu trabajo, es como cuando los futbolistas se ganan la Copa América y es un premio para ellos, lo mismo el Festival de Viña”, concluyó. Esta analogía fue rebatida por Roldán, quien no cedió en su posición de que, más allá del prestigio, se trata de un rol profesional con responsabilidades y presiones inherentes a cualquier otro empleo de alta visibilidad.
