La siempre polémica Ignacia Michelson, figura destacada del reality "Mundos Opuestos", ha conmovido a sus compañeros de encierro y al público al sincerarse sobre una traumática experiencia con una cirugía estética que salió terriblemente mal. La influencer reveló haber sido víctima de un engaño, donde, sin su consentimiento, le inyectaron un peligroso biopolímero en los glúteos, con consecuencias que aún hoy la persiguen.
"Me gustaría tener menos poto, ser más flaca", confesó Michelson, evidenciando su arrepentimiento. El relato de la joven es desgarrador: "Si me tocas, tengo pelotas acá (bajo la nalga)". La intervención, realizada cuando era "pendeja, de hueona", se hizo sin su consentimiento real y la llevó a una situación de estafa. Actualmente, Ignacia forma parte de una demanda colectiva, junto a otras mujeres que fueron víctimas de la misma clínica ilegal y sus engaños.
La gravedad de la situación se acentúa con un caso que terminó en tragedia. Ignacia Michelson reveló que una de las víctimas "murió, la mataron porque le metieron polímero y le dio un paro cardiaco". Lo más indignante es que, para evitar ser descubiertos, los responsables no llevaron a la joven a una clínica cercana, lo que resultó en su fallecimiento. Las tres personas implicadas en la clínica clandestina fueron finalmente encarceladas, un débil consuelo ante la magnitud del daño causado.
Ignacia Michelson y una compleja operación
Ignacia explicó que su decisión de someterse a la cirugía se originó en las inseguridades sobre su cuerpo. Siendo "muy flaca pero con muchas pechugas y el trasero para adentro", recibía burlas y buscaba una silueta más curvilínea. Aunque inicialmente pidió 500 cc de relleno, afortunadamente solo le inyectaron 250 cc de biopolímero. "Cuando recién me lo puse no se notaba tanto. Después me lo rellené con grasa y la grasa se metió con el biopolímero, por eso se me ve tanto", detalló, lamentando el resultado desproporcionado.
El futuro de Ignacia Michelson implica una compleja cirugía para intentar extraer el peligroso material. "Para sacármelo me tienen que rajar la pierna, te abren todo el culo, te sacan el músculo con toda la cuestión. Aparte, deja una cicatriz horrible, y aún así no sale todo", explicó la influencer, describiendo un procedimiento invasivo y con secuelas estéticas. Lo más alarmante es el riesgo persistente: "Lo peor es que hay riesgo de que lo que quede migre a otras partes. A mí me empezó a migrar a la pierna, pero no ha llegado al riñón menos mal", concluyó, poniendo de manifiesto los peligros a largo plazo de este tipo de intervenciones fraudulentas.