En una impactante confesión, Hugo Bustamante, conocido por el brutal asesinato de Ámbar Cornejo en 2020, ha admitido ser responsable de dos homicidios adicionales que datan de 1996. La revelación fue hecha en una entrevista con la periodista Ivonne Toro Agurto, quien ha estado investigando el caso para su próximo libro titulado "La niña Ámbar, crónica del horror de un psicópata y las fallas del Estado" (Catalonia-UDP).
Hugo, actualmente recluido en el Centro Penitenciario de Rancagua, confesó estos crímenes adicionales durante una serie de entrevistas con Toro. Según un artículo de Ciper, Bustamante mencionó que tenía un "regalo" para la autora cuando ella le preguntó si había cometido otros crímenes. Este se refería a dos homicidios adicionales, sumándose a los asesinatos de Verónica Vásquez y su hijo Eugenio Honorato en 2005, por los que ya había sido condenado a 27 años de prisión.
En una carta enviada a Toro, Bustamante escribió: "No sé si darle los nombres de las dos personas que desaparecieron y que hasta hoy no se han encontrado. Si le digo los nombres podrá comprobar que no estoy inventando. La cosa es las consecuencias que me traería entregarle esta información. Veremos cómo se darán las cosas y veremos si la vuelvo a ver...".
Ámbar Cornejo no fue la única víctima
Los nombres revelados por Bustamante correspondían a Elena Hinojosa y Eduardo Páez, quienes han estado desaparecidos desde 1996. Según la investigación de Toro, estos nombres coinciden con casos de personas desaparecidas reportadas por sus familias en esa época. Hinojosa y Páez fueron vistos por última vez en compañía de Bustamante, quien fue la última persona conocida en verlos con vida.
En enero de 2024, Toro y Bustamante tuvieron un último encuentro en el que él admitió que los cuerpos de Hinojosa y Páez se encontraban en Chile, específicamente en la dirección Covadonga 641, en Villa Alemana, el lugar donde Bustamante vivía tras obtener libertad condicional en 2016. Sin dudas, el caso asesino de Ámbar Cornejo ha dejado impactados a muchos.
La nueva confesión de Bustamante no sólo agrega a su ya horripilante historial criminal, sino que también abre la puerta a una investigación más profunda sobre otros posibles crímenes no resueltos en los que podría estar involucrado. Esta revelación resalta una vez más las fallas del sistema judicial y penitenciario que permitieron a Hugo volver a delinquir después de su liberación condicional.