Catalina Pulido no se guardó nada y arremetió con fuerza contra Juan Pablo Sáez, luego de que este tomara la drástica decisión de desalojar a su hija de 12 años y a su expareja del hogar que compartían. El hecho ocurrió el domingo por la noche, justo antes de que la menor comenzara una nueva semana escolar, lo que terminó por detonar la molestia pública de la actriz. En el programa Sígueme, Pulido no solo repudió el actuar de Sáez, sino que también sacó a la luz otros antecedentes que, según ella, muestran un patrón de comportamiento del actor.
Durante su intervención, Catalina Pulido recordó que Sáez ya había protagonizado episodios complejos en su entorno laboral, pero confesó que jamás pensó que sería capaz de llegar al extremo de hacerle algo tan doloroso a su propia hija. “Nunca imaginé que llegaría a ser tan poco decente con su propia sangre”, señaló con evidente frustración. Según ella, la forma en que se dio todo el proceso fue fría y desconsiderada, sin pensar en las consecuencias emocionales que eso tendría para la niña.
Lo que más indignó a Pulido fue el momento en el que ocurrió el desalojo: un domingo por la noche, justo antes de que la niña tuviera que asistir al colegio. “Una niñita que está viviendo este tormento… saber que tu papá te sacó de tu casa, no tiene nombre”, comentó con profunda molestia. Según la actriz, este acto no fue fortuito ni accidental, sino algo hecho con clara intención de generar daño.
Catalina Pulido no se guardó nada
Además, Catalina cuestionó el contexto en que todo se desencadenó, asegurando que Juan Pablo Sáez ya venía arrastrando conflictos previos que incluso terminaron con una orden de alejamiento. Según sus palabras, todo habría sido motivado simplemente “por joder”, sin pensar en lo más mínimo en el bienestar de la menor. Para ella, el verdadero impacto de esta situación no lo recibe la madre, sino la hija, que queda emocionalmente afectada.
Pulido cerró su participación sin filtros, lanzando duras palabras contra Sáez y acusándolo de causar un daño que, según ella, es irreparable. “Este gallo es un pobre papanatas… me violenta hablar de este pobre tarado”, disparó, visiblemente afectada por lo ocurrido. En sus palabras, más que una crítica pública, se percibía la preocupación por lo que esta experiencia podría dejarle emocionalmente a la menor, quien queda en medio de un conflicto que, según Catalina Pulido, nunca debió escalar hasta ese punto.
