Comprar papas fritas era el plan: la extraña acción en medio del crimen de Francisco Albornoz

Un hecho insólito salió a la luz en medio de la investigación de la muerte de Francisco Albornoz.

Lunes, 09 de junio de 2025 a las 13:54
Francisco Albornoz. Foto: redes.

El caso que tiene conmocionada a la comunidad de San Fernando sigue revelando detalles que parecen sacados de una historia macabra. Todo comenzó el 23 de mayo, cuando desapareció Francisco Albornoz, un joven farmacéutico de 21 años. Días después, el médico ecuatoriano Christian González se entregó voluntariamente a las autoridades y entregó información crucial para encontrar el cuerpo, apuntando directamente al chef José Miguel Baeza como el principal responsable de lo ocurrido.

En su declaración, González insistió en que nunca supo el nombre del joven que estuvo en su departamento. Lo conoció simplemente como alguien que había llegado allí, sin mayores detalles. Según relató, fue Baeza quien le dijo que Francisco Albornoz había comenzado a convulsionar. Aunque lo vio convulsionar brevemente, la situación rápidamente tomó un giro oscuro. González dijo haberle pedido a Baeza que llamara a una ambulancia, pero éste se negó repetidamente, alegando que no podía involucrarse más.

Después de que Francisco falleciera, el relato del médico se torna aún más perturbador. Aseguró que fue el chef quien propuso esconder el cuerpo, preguntándole incluso si tenía una silla de ruedas para moverlo. Con un cobertor azul, ambos envolvieron el cuerpo dentro del departamento. González recordó con frialdad cómo participaron juntos en esa acción, sin ocultar el horror de la escena.

Más detalles de la muerte de Francisco Albornoz

La historia no terminó allí. Ambos emprendieron viaje hacia el sur con el cuerpo en el maletero. Durante el trayecto, hicieron una parada en un servicentro. González fue quien bajó del auto para comprar algunas cosas: dos bebidas, papas en tubo, todo pagado en efectivo. En ese momento, Baeza le pidió una roca sin explicar para qué, aunque el médico asumió que era para destruir el celular de Francisco Albornoz.

El final del viaje fue tan escalofriante como todo lo anterior. Mientras González conducía por la Ruta 5 Sur, Baeza encendió el tubo de papas fritas, que contenía el celular de Francisco. Se detuvieron cerca de una caseta de emergencia, donde el chef se bajó para incinerar el dispositivo. González permaneció dentro del carro. Aunque su testimonio lo muestra como un testigo casi pasivo, su participación en los hechos sigue bajo la lupa de la justicia.

 

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