La ciudad de Concepción se encuentra conmocionada tras conocerse los detalles detrás del intento de asesinato de Mauricio Guzmán Lincolao, un conocido comerciante del centro de la ciudad. Lo que inicialmente parecía ser un ataque aleatorio reveló una verdad espeluznante: los propios hijos de la víctima contrataron a un sicario para acabar con la vida de su padre.
El pasado viernes 19 de julio, en plena madrugada, Mauricio Guzmán, de 51 años, se dirigía a su cocinería en el Mercado Hermanos Carrera. Al descender de su camioneta, un hombre desconocido se le acercó y, sin previo aviso, le disparó en la cabeza. Este quedó gravemente herido en la vereda y fue trasladado de urgencia al hospital, donde estuvo varios días en estado crítico. A pesar de la gravedad de sus heridas, logró sobrevivir.
Casi cinco semanas después del brutal ataque, la Fiscalía confirmó la detención de un ciudadano colombiano como el autor material del crimen. Lo más escalofriante del caso es que los tres hijos de Guzmán, todos adultos, fueron arrestados bajo la acusación de haber contratado al sicario para que matara a su propio padre.
Un caso que preocupa
Durante la audiencia de formalización, la Fiscalía detalló que los hermanos ofrecieron al sicario la suma de 3 millones de pesos chilenos para llevar a cabo el asesinato. Además, le proporcionaron una pistola, municiones, información detallada sobre las rutinas de su padre y fotografías para facilitar la tarea.
El plan se desarrolló de manera fría y calculada. El sicario llegó al lugar del ataque utilizando un Uber y esperó a su víctima. Sin embargo, al intentar disparar, el arma falló en dos ocasiones. Desesperado, el comerciante imploró a su agresor que no lo hiciera, pero en un tercer intento, el arma finalmente se disparó, hiriendo a Guzmán en la cabeza.
Lo más perturbador es que, mientras Guzmán luchaba por su vida en el Hospital Regional de Concepción, sus hijos, quienes habían orquestado el ataque, lo visitaban regularmente, sin levantar sospechas. A pesar de esto, los hermanos enfrentaban un conflicto con el sicario, ya que, al no haber logrado el asesinato, decidieron no pagarle la suma acordada.
Así le pagaron al sicario
Según el testimonio del sicario, tras el ataque fallido, los hermanos le entregaron inicialmente 390 mil pesos y, posteriormente, otros 500 mil pesos, acumulando un total de 1 millón y medio de pesos, mucho menos de lo pactado. Este incumplimiento habría llevado al sicario a delatar a los hijos y revelar toda la trama a las autoridades.
Las disputas familiares y los problemas económicos parecen ser los motivos detrás de este intento de parricidio. Tanto el sicario como los tres hermanos han sido formalizados y se encuentran en prisión preventiva, acusados de parricidio en grado de frustrado. La comunidad sigue impactada por la frialdad y la gravedad de este caso.