La incertidumbre y el misterio se profundizan en Villa Alegre a medida que se cumplen diez días desde la enigmática desaparición de la concejala María Ignacia González. La autoridad de 73 años, intensamente buscada desde la madrugada del domingo 15 de junio, cuando salió de su hogar rumbo al sector La Balsa, en las cercanías del río Loncomilla, mantiene a la comunidad en vilo. A pesar de las exhaustivas entrevistas a familiares y colegas, el paradero de María Ignacia sigue siendo un completo misterio.
Las cámaras de vigilancia han aportado la única pista visual hasta el momento: videos que muestran el vehículo de la edil desplazándose a alta velocidad en la madrugada de su desaparición. Con esta información, equipos de la PDI, Carabineros, Bomberos y diversas unidades de emergencia han concentrado sus esfuerzos en la denominada "zona cero". Aprovechando el descenso del nivel del río Loncomilla tras el temporal que azotó la región, los especialistas revisan minuciosamente cada punto de su curso, buscando cualquier indicio que pueda conducir al paradero de la concejala.
Mientras las autoridades trabajan sin descanso para desentrañar el motivo de la salida nocturna de María Ignacia hacia esa inhóspita localidad, una de sus amigas ha compartido una inquietante teoría que podría cambiar el rumbo de la investigación. En diálogo con el matinal de CHV, la mujer fue enfática: "Todos la adorábamos, porque era muy buena con la gente y yo lo que creo es que ella jamás habría ido al río. La llevaron obligada, y no creo que esté el auto en el río". Esta declaración descarta la hipótesis de un accidente fluvial y apunta a una intervención externa.
Sigue la búsqueda de la concejala desaparecida
La amiga de la concejala no titubeó al expresar su desacuerdo con la línea de investigación principal: "No sé qué andan haciendo buscándola en el río. Yo iba a llamar a la televisión para decir que mi teoría no es esa". Lo más alarmante de su testimonio llegó al final, al revelar una información que hasta ahora se mantenía oculta: "Ella estaba amenazada de muerte. Ella puso constancia en Carabineros. Siempre la llamaban". Este dato, si se confirma, añadiría una capa de complejidad y peligro al caso, sugiriendo un posible trasfondo criminal detrás de la desaparición.
Por el momento, la familia de María Ignacia ha optado por mantener un perfil bajo, respetando el trabajo policial y esperando en silencio noticias sobre su ser querido. Sin embargo, en una reciente velatón organizada en Villa Alegre, una de las hijas de la concejala hizo pública su gratitud hacia la comunidad por el apoyo recibido. El pueblo de Villa Alegre se aferra a la esperanza, mientras la incertidumbre y las nuevas revelaciones mantienen la tensión en un caso que parece volverse más enigmático con cada día que pasa.