Tras un juicio que mantuvo en vilo a gran parte del país, el Tribunal Oral en lo Penal de Cañete ha emitido un veredicto absolutorio por unanimidad a favor de Jorge Escobar, tío abuelo del pequeño Tomás Bravo. Escobar, quien era el principal imputado por el supuesto delito de abandono de menor con resultado de muerte, ha sido declarado inocente, marcando un giro inesperado en uno de los casos más mediáticos y conmovedores de los últimos años en Chile.
La decisión del tribunal se fundamenta en que "la sola acción de haber dejado al niño sin observación no configura el delito de abandono", tal como razonó la sala en su resolución. Esta argumentación es crucial, ya que si bien Jorge Escobar fue la última persona en tener a Tomás a su cargo y afirmó que el niño se extravió en una quebrada cercana al domicilio familiar en Caripilun, comuna de Arauco, el tribunal no encontró elementos suficientes para imputarlo por el delito de abandono.
Además, el fallo consideró la "duda razonable" planteada por la Defensoría Penal Pública, la cual, mediante prueba pericial, sugirió la "posibilidad de que un tercero hubiese tenido participación en los hechos". Esta hipótesis se vio reforzada por el análisis de videos presentados durante el juicio por un experto, quien defendió la intervención de una tercera persona, abriendo la puerta a otras líneas de investigación que hasta ahora no han sido concluyentes.
Siguen las novedades en el caso de Tomás Bravo
Un día antes del veredicto, Jorge Escobar había realizado una declaración final en pleno juicio, donde se defendió enérgicamente de las acusaciones. El familiar de Tomasito lamentó que se le quisiera culpar desde el inicio de la investigación: "Del día uno de esta investigación me han querido a mi culpar del asesinato y todo lo que le pasó a Tomasito, ahora me pusieron otra (acusación) porque no me pudieron culpar del Ministerio Público", expresó, reflejando su frustración ante lo que percibía como un ensañamiento en su contra.
Escobar también aprovechó la instancia para revelar un dato que, a su parecer, no fue debidamente considerado: la existencia de dos ADN en la carpeta investigativa que no fueron tomados en cuenta. Este antecedente, sumado a la absolución, reabre el debate sobre la dirección que ha tomado la investigación y las falencias que pudieron haber existido en el proceso, dejando al descubierto la necesidad de seguir buscando respuestas sobre la trágica muerte de Tomás Bravo.
