Carla Ballero, actual panelista del programa “Sígueme”, compartió detalles de uno de los momentos más desafiantes de su vida: el tiempo que pasó alejada de sus hijos mientras enfrentaba un proceso de rehabilitación. En conversación con La Cuarta, Ballero habló con sinceridad sobre su experiencia durante la pandemia del 2020, cuando decidió internarse para trabajar en sus problemas personales y superar las adversidades.
"El año que estuve internada fue muy duro. Además del encierro por la pandemia, viví tres meses sin ver ni hablar con mis hijos, lo que fue desgarrador", comentó Carla Ballero. Sin embargo, destacó cómo aprovechó el proceso para crecer como persona. “Logré avanzar rápido, me comprometí completamente y terminé creando vínculos con las personas en el centro. Esa experiencia me enseñó más de lo que jamás imaginé”, relató. La rutina, que incluyó compartir espacios reducidos y colaborar con otras mujeres, la ayudó a desarrollar fortaleza y resiliencia.
Respecto a sus luchas personales, Ballero aclaró que su mayor desafío no eran las sustancias en sí, sino un problema más profundo: su búsqueda constante de evasión. "Mi problema no era el alcohol o las drogas; era mi propia locura, mi necesidad de desaparecer", confesó. Este patrón de conducta la llevó a tomar medidas extremas, como consumir grandes cantidades de medicamentos, hasta que decidió enfrentarse a sí misma y buscar estabilidad emocional. “Hoy en día, casi no bebo, pero no porque no pueda, sino porque ya no lo necesito”, explicó.
Virales palabras de Carla Ballero
Carla también reflexionó sobre la importancia de la terapia en su vida, aunque admitió que inicialmente no fue completamente honesta con los especialistas. “Siempre me dio vergüenza contar todo lo que he vivido. Pero aprendí que nadie puede resolver tus problemas por ti. Todo depende de uno mismo”, expresó. Este reconocimiento marcó un punto de inflexión en su recuperación, ayudándola a asumir la responsabilidad de su propio bienestar emocional.
Finalmente, Carla Ballero miró hacia atrás con una mezcla de asombro y orgullo por su transformación. “Tuve que tocar fondo muchas veces para aprender, pero hoy soy alguien que valora la vida y el amor propio”, dijo. Además, subrayó la importancia de reparar heridas del pasado, especialmente las relacionadas con la infancia, para poder avanzar. “Mi vida cambió radicalmente, y estoy profundamente agradecida por quién soy ahora”, concluyó con una sonrisa.