El fallecimiento de Pablo Bravo Montero, un estudiante de Derecho de 20 años de la Universidad Andrés Bello, ha causado conmoción en su entorno y ha encendido las alarmas sobre el impacto del ciberacoso. El joven decidió quitarse la vida el pasado 24 de septiembre, dejando una nota que atribuye su decisión al hostigamiento que sufría por parte de sus compañeros de carrera.
En declaraciones al programa Contigo en Directo, los padres del estudiante señalaron que el acoso comenzó tras un incidente ocurrido durante una asamblea en agosto, en la que participaron autoridades académicas y estudiantes. Según el padre, se expusieron los problemas que enfrentaba su hijo en esa instancia, pero las autoridades no tomaron ninguna medida para protegerlo. “Tuvimos una reunión con el decano y profesores. Todos sabían y no hicieron nada”, afirmó con indignación.
La madre de Pablo, devastada por la pérdida, compartió su dolor y pidió justicia para su hijo. “Cada día es un infierno para mí, despertar y saber que nunca más lo veré, no escucharé su voz… Me tiene muerta en vida”, declaró entre lágrimas. Su mensaje busca concienciar sobre el daño irreparable que puede causar el ciberacoso y la indiferencia de quienes podrían haber intervenido.
Dolor por el suicidio del estudiante
Ante la gravedad de la situación, la Universidad Andrés Bello emitió un comunicado lamentando profundamente la muerte del estudiante y manifestando su compromiso de apoyar a la comunidad afectada. “Abordamos este hecho con respeto y cuidado, entendiendo las implicancias y sensibilidad existente”, señala el documento. Además, la institución aseguró que ha activado sus protocolos internos y que desde esta semana se han implementado talleres y sesiones de apoyo psicológico para estudiantes y personal.
“Queremos expresar nuestras condolencias a la familia y amigos de Pablo y esperamos que esta situación sea tratada con el respeto y sensibilidad que merece”, concluyó la universidad, dejando en el aire la pregunta sobre si se pudieron haber hecho más esfuerzos para evitar esta tragedia. La familia, por su parte, sigue buscando respuestas y pide que se tomen acciones concretas para que casos como el de su hijo no se repitan.
