La misteriosa desaparición de Valentina Alarcón, una joven de 26 años, ha generado una intensa búsqueda que se extiende por diez días, sin resultados concretos hasta el momento. La mujer fue vista por última vez el sábado 25 de octubre saliendo de su domicilio en la comuna de Puente Alto, un momento que quedó registrado en cámaras de vigilancia.
Según información aportada por su círculo cercano, Valentina Alarcón se dirigía hacia la comuna de La Pintana, donde supuestamente iba a participar en una conmemoración organizada por la barra de Universidad de Chile en recuerdo de un integrante fallecido. El padre de la joven detalló el último contacto que tuvieron con ella a través de la mensajería instantánea.
“El último contacto (por WhatsApp) que tuvimos con ella fue tipo 10 de la noche, cuando se le iba a acabar la batería. (Dijo que) cargaba la batería y de ahí iba a retomar la conversación”, expresó el padre de Valentina en una entrevista con CHV Noticias. Al no regresar su hija durante la jornada del domingo, el familiar interpuso una denuncia por presunta desgracia, enfrentándose a la frustración por la lentitud de la respuesta judicial.
Desesperada búsqueda de Valentina Alarcón
El padre de la joven criticó la demora en la activación de los mecanismos de búsqueda oficiales. “Lo que sabemos de ella es porque nosotros logramos ayudar en base a los vecinos, las cámaras. Impotencia porque lamentablemente perdimos casi tres días de diligencias”, lamentó el familiar. La incertidumbre se mantiene, ya que, hasta la fecha, no se ha podido establecer si Valentina Alarcón llegó o no al evento de la barra.
El hermano de la joven confirmó esta falta de certeza sobre su paradero: “Nosotros no hemos podido confirmar su presencia en ese lugar” (con los barristas de la “U”). El familiar concluyó que aún no ha logrado “llegar a la persona con la que se iba a juntar el día sábado o si la vio alguien más ese día”. La ficha difundida por la PDI describe a Valentina Alarcón como de tez blanca, ojos verdes, pelo castaño oscuro, 1,58 metros de estatura, con cicatrices en el pómulo y hombro izquierdo, y vestía polera rosada, polerón negro sin mangas, jeans negros y zapatillas negras con detalles blancos al momento de su desaparición.