Una grave denuncia de abuso sexual ha generado impacto esta semana, luego de que la comunicadora Pancha Merino expusiera públicamente a Sergio Riesenberg, reconocido ex director del Festival de Viña del Mar y de varios programas de televisión. En el programa Plan Perfecto, Merino relató con detalles un episodio que, según su versión, habría ocurrido hace varios años en la oficina del profesional, mientras ambos se encontraban a solas.
La actriz relató cómo se desarrolló el encuentro, que rápidamente se tornó incómodo. “Me empezó a contar que uno como rostro tiene que ser querida para las mujeres, porque son las mujeres las que eligen. Y en eso me dice ‘mira, sentémonos mejor allá, en el living’", relató de entrada la comunicadora. La tensión escaló cuando Riesenberg se acercó a ella.
Pancha Merino profundizó en el momento de la agresión: “Ahí como que sentí una tensión. Y él se sienta al lado mío y me pone la mano entremedio de las piernas”, agregó. La opinóloga también manifestó su indignación, recordando que el ex director la conoció en un contexto familiar y tenía conocimiento de su padre. Merino concluyó, cuestionando la posible existencia de otras víctimas vulnerables: “O sea, imagínate a cuánta gente se lo habrá hecho, cuántas niñitas que no tienen redes”.
Pancha Merino y una acusación que hace mucho ruido
A raíz de los dichos de Pancha Merino, Sergio Riesenberg salió a defenderse, negando categóricamente la acusación. En conversación con BioBioChile, el ex director rechazó lo imputado. “Jamás. Nunca he cometido ese tipo de acciones. Que no busque publicidad a costa mía. Nunca la entrevisté”, recalcó el profesional, ofreciendo su versión del vínculo que tuvo con la actriz.
Riesenberg relató que la conoció en casa de un amigo en común, mientras él estaba en TVN, en un encuentro al que Pancha Merino asistió con su madre, y donde él estaba con su esposa e hijas. Después de consultarle si le gustaría trabajar de modelo, el director aseguró que la madre de la panelista lo contactó para pedirle que no la contratara. “Me pareció insólito. Nunca me había pasado algo igual. ‘Señora’, le dije, ‘qué pena que no confíe en su hija. Puede estar tranquila, porque no quiero saber más de usted’. Nunca he tenido contacto alguno con ella", remató Riesenberg.