La Fiscalía, en conjunto con la Policía de Investigaciones (PDI), interceptó una conversación telefónica que involucra directamente al Presidente de Chile, Gabriel Boric. El diálogo se produjo con Josefina Huneeus, exesposa de Alberto Larraín, quien es amigo cercano del mandatario y fundador de la Fundación Procultura, actualmente bajo investigación por presuntas irregularidades en la celebración de convenios estatales. La interceptación se habría efectuado en el marco de una autorización judicial otorgada dentro de la indagatoria del llamado Caso Convenios.
La llamada fue realizada el 14 de octubre de 2024 por Gabriel Boric a Huneeus, con la intención de conversar sobre el impacto que ha tenido la investigación en la vida de Larraín y las consecuencias personales y mediáticas que ha acarreado para el propio Presidente. Según información difundida por T13, el mandatario mostró inquietud por la situación, manifestando empatía hacia Huneeus: “Te llamaba por dos cosas, uno para saber cómo estabas personalmente con todo esto...”.
Durante el intercambio, la psiquiatra no ocultó su cautela respecto a la privacidad del diálogo y expresó: “¿Es un espacio protegido, no está siendo grabado nada?”, a lo que Boric respondió con incertidumbre, aunque también con aparente transparencia: “No sé si está siendo grabado, pero yo siento que no hay nada que esconder”. Este pasaje evidenció el nivel de tensión y desconfianza que ronda a las personas cercanas al círculo investigado.
Más palabras de Gabriel Boric
Más adelante, el Presidente expresó su inquietud ante la entrega de dispositivos electrónicos por parte de Larraín, aludiendo a la posibilidad de que existan mensajes comprometedores, aunque sin implicaciones legales: “Jamás haría algo ilegal, pero quizás de idiota, como le puedo haber dicho ‘oye qué interesante este proyecto’”. También mencionó haber revisado sus propios celulares antiguos para identificar posibles conversaciones con el investigado, reconociendo la cercanía entre ambos: “No me voy a hacer el hueón con eso”.
La conversación interceptada deja entrever no solo la preocupación del Jefe de Estado por el desarrollo del caso, sino también el impacto emocional que ha generado entre sus allegados. Aunque Gabriel Boric insiste en que no ha cometido ilegalidad alguna, la revelación de este contacto podría tener consecuencias políticas, considerando que la Fundación Procultura es uno de los focos de la controversia que ha sacudido la relación entre el Estado y algunas organizaciones sin fines de lucro.
