Un tenso incidente se vivió en las afueras de la cárcel de San Miguel con la llegada del diputado Joaquín Lavín León. La visita marcaba el primer encuentro del parlamentario con su esposa, Cathy Barriga, quien se encuentra en prisión preventiva. El ambiente se tornó especialmente agitado poco después de las 14:00 horas, cuando Lavín apareció en el ingreso principal del recinto.
El área, que estaba repleta de familiares de los internos y de varios equipos de prensa, reaccionó de inmediato a su llegada. En medio de la confusión, el diputado Joaquín Lavín, aparentemente desorientado, no respetó el orden de la fila, lo que provocó un estallido de descontento entre los presentes. La multitud le exigió que hiciera cola como el resto y, en un gesto de protesta, algunas personas incluso le arrojaron agua.
Los ánimos se caldearon rápidamente y los gritos no tardaron en hacerse escuchar. Frases cargadas de enojo y críticas inundaron el lugar: “¡La vida tiene muchas vueltas!”, “¡Debería estar trabajando!” y “¡Ándate para la casa!” fueron solo algunas de las exclamaciones dirigidas al político, quien trató de mantener la compostura en medio del caos.
Joaquín Lavín y los inconvenientes en la cárcel
En declaraciones posteriores, recogidas por medios de comunicación, Lavín reconoció el difícil momento y comentó: “Es evidente que esto es bastante incómodo, tanto para la prensa como para la gente que está aquí”. Pese al recibimiento hostil, reiteró que su principal motivo era visitar a Barriga y conocer su estado.
Antes de ingresar al penal, el diputado subrayó que la defensa de la exalcaldesa de Maipú ya había presentado una apelación con la intención de revertir la medida de prisión preventiva. "Cathy es una mujer fuerte y valiente; sabe que está pasando por una situación injusta, pero confiamos en que todo saldrá bien", añadió Joaquín Lavín.
