Durante un reciente episodio del programa conducido por Pedro Engel en TV+, Kenita Larraín sorprendió a la audiencia con un análisis numerológico del nuevo líder de la Iglesia Católica, Robert Prevost, quien ha asumido el nombre de León XIV. La exmodelo y actual numeróloga compartió su lectura personal sobre lo que este número revela acerca del pontífice y el rumbo que podría tomar su papado.
Kenita Larraín explicó que, al aplicar el método numerológico que cruza el año en curso con la fecha de nacimiento de una persona, el resultado que obtiene en el caso del papa León XIV es el número 14. Según sus palabras, esta cifra no solo tiene una fuerte carga simbólica, sino que coincide notablemente con el nombre que eligió el religioso. “¿Tú crees en las coincidencias, Pedro?”, preguntó retóricamente antes de destacar la sincronía entre el número y la identidad espiritual del nuevo papa.
Lo que más llamó la atención de su interpretación fue el significado oculto detrás del número 14. “Si tú sumas 1 más 4, da 5, y el 5 en numerología representa cambio y transformación”, explicó. Para Kenita, esta relación numérica sugiere que el nuevo papa no solo trae una nueva energía al Vaticano, sino que también encarna una figura destinada a romper estructuras y abrir caminos distintos dentro de la Iglesia.
Kenita Larraín es furor por su predicción
Además, Larraín remarcó que el número 5 aparece de manera repetida en la carta numerológica de Robert Prevost, lo que refuerza aún más su lectura. Desde su perspectiva, no se trata de un dato menor, ya que considera al 5 como un número “maestro”, asociado a líderes con gran capacidad comunicativa y vocación de cambio.
Finalmente, Kenita Larraín fue enfática en su predicción: León XIV marcará un antes y un después en el catolicismo. “Las personas que pensaron que todo seguiría igual, para nada”, sentenció, augurando una etapa de profundas transformaciones lideradas por un papa que, según ella, está destinado a entregar un mensaje poderoso con impacto global. ¿Coincidencia o destino? La numerología, según Kenita, tiene la respuesta.
