La última semana del verano en Chile estará marcada por un drástico contraste climático entre las distintas regiones del país. Mientras la zona centro-norte seguirá experimentando altas temperaturas, el sur comenzará a sentir el avance del otoño con un fenómeno meteorológico de gran intensidad. Un río atmosférico de categoría 5 se aproxima a la Patagonia, trayendo consigo lluvias torrenciales, vientos fuertes y un notable descenso térmico.
De acuerdo con el pronóstico de Meteored, respaldado por la Dirección Meteorológica de Chile, los efectos de este sistema frontal comenzarán a manifestarse desde la noche del martes 18 de marzo. Las regiones de Aysén y el norte de Magallanes serán las primeras en experimentar vientos potentes, que se intensificarán en las horas siguientes. Las lluvias, por su parte, harán su aparición con fuerza a partir del miércoles 19 de marzo, alcanzando su peak durante la madrugada.
Este fenómeno climático se desarrollará en dos etapas en Chile. La primera, que iniciará en la tarde del martes, afectará localidades como Puerto Edén, Villa O’Higgins y Puerto Natales, con precipitaciones especialmente intensas durante la madrugada del miércoles. En zonas cercanas a Torres del Paine y Puerto Natales, las tasas de lluvia variarán entre 5 y 10 mm/h, concentrándose en un corto período de tiempo.
Chile podría atravesar fuertes fenómenos de contingencia climática
La segunda etapa del sistema frontal llegará en la madrugada del miércoles, acompañada de vientos que alcanzarán rachas de entre 90 y 105 km/h en sectores como Puerto Edén. Aunque se espera una disminución gradual de las lluvias para la mañana del miércoles, los vientos persistirán hasta la madrugada del jueves 20 de marzo, cuando finalmente comenzarán a amainar.
Este evento climático extremo marca un contraste significativo con las condiciones que se mantendrán en la zona centro-norte del país, donde el verano aún no da tregua. Mientras el sur se prepara para enfrentar lluvias y vientos intensos, el resto del territorio seguirá bajo la influencia de temperaturas elevadas, evidenciando la diversidad climática que caracteriza a Chile.